Hola a todos, bienvenidos a un avance exclusivo de Sueños de Libertad: Marta se hunde en el alcohol mientras Gabriel descubre una nueva traición

El próximo capítulo de Sueños de Libertad se perfila como uno de los más intensos y desgarradores de la temporada. En el centro de la tormenta vuelve a estar Marta, cuya fragilidad emocional, marcada por la pérdida de Fina y la acumulación de presiones familiares y laborales, la lleva a refugiarse en el alcohol. Sin embargo, lo que al inicio parece un drama íntimo y personal pronto se convierte en el detonante de una serie de revelaciones que sacudirán a todos los personajes.

La historia arranca en la fábrica, donde Carmen, visiblemente preocupada por Marta, decide buscar la ayuda de Andrés. Ambos coinciden en que Tasio, afectado aún por la muerte de su madre, no está en condiciones de lidiar con más conflictos, por lo que será Andrés quien deba intervenir. Carmen relata con detalle cómo, en un evento reciente para relanzar el perfume Pasión Oculta, Marta no fue capaz de atender a las clientas porque había estado bebiendo. Aunque la situación fue contenida gracias a la discreción de Gema y Claudia, el peligro de que todo se desvele públicamente es real.

Andrés escucha en silencio, afectado por lo que oye. Aunque reconoce que la marcha de Fina ha dejado heridas profundas en todos, lo que más teme es que su hermana no encuentre fuerzas para salir adelante. Carmen insiste en que Marta confía en él más que en nadie y que, si alguien puede convencerla de aceptar ayuda, ese es Andrés. Con un gesto grave y agradecido, promete hablar con ella.

La escena se traslada a la habitación de Marta. Andrés la encuentra sumida en un silencio melancólico. Con delicadeza, intenta entrar en su mundo de dolor recordándole escenas de la infancia: aquella niña que se escondía bajo la cama para no tomar el jarabe contra el resfriado. Marta sonríe levemente, pero pronto su expresión vuelve a ensombrecerse. El alcohol y la tristeza han hecho mella en ella, y aunque asegura que está intentando superar la pérdida, reconoce que cada intento es en vano.

Cuando Andrés menciona que Carmen le habló de sus excesos, Marta se siente traicionada y reacciona con enfado. No quiere escuchar nada sobre especialistas ni terapias; afirma con frialdad que lo suyo no lo cura nadie. Justo en ese instante aparece Pelayo, que interrumpe la conversación sin saber lo que ocurre. La tensión estalla: Marta grita que quiere que ambos la dejen en paz y se marcha al salón para servirse otra copa.

Es en ese momento cuando hace su entrada Gabriel. Con su habitual tono enigmático, le ofrece un aperitivo y comienza un diálogo cargado de dobles intenciones. La conversación deriva hacia la reciente muerte de Don Pedro. Marta, con frialdad, asegura que no lo echará de menos, pues siempre fue un hombre calculador y sin escrúpulos. Gabriel coincide, aunque su sonrisa revela que está midiendo cada palabra que ella pronuncia.

La situación se complica con el regreso de Pelayo al salón. Quiere llevar a Marta a dar un paseo para despejarse, pero ella lo rechaza tajantemente y decide quedarse con Gabriel. Entonces Pelayo menciona que encargó una corona de flores para Don Pedro, lo que sorprende a Marta, que lo considera un gesto innecesario. La respuesta airada de ella, unida a su estado de embriaguez, deja al descubierto su resentimiento hacia el difunto. En sus palabras, Don Pedro nunca aportó nada a la familia salvo apoyar a Pelayo en su ambición política.

Esa confesión enciende todas las alarmas en Gabriel. Con aparente indiferencia, pero con mirada penetrante, le pregunta directamente a Pelayo si Don Pedro lo apoyó en su candidatura a gobernador civil. Pelayo intenta esquivar la cuestión, justificándose con frases vagas sobre la naturaleza de la política. Sin embargo, la incomodidad de su tono lo delata. Gabriel, en silencio, empieza a encajar las piezas: Pelayo pudo ser quien le reveló a Don Pedro secretos de su pasado, traicionando así su confianza.

La tensión del triángulo se hace insoportable. Marta, visiblemente afectada por el alcohol, se refugia en frases mordaces contra el difunto, mientras Pelayo intenta mantener la calma, temiendo que cualquier palabra lo incrimine más. Gabriel, por su parte, oculta su creciente rencor tras una fachada de cortesía, pero en su interior la rabia crece a pasos agigantados.

Este episodio no se limita al deterioro de Marta ni a la sospecha de Gabriel. Representa, en realidad, la convergencia de todos los conflictos abiertos:

• Marta, incapaz de gestionar el duelo, se adentra en un abismo del que parece no poder salir.
• Andrés, cargado de buena voluntad, se enfrenta a la impotencia de no poder salvar a su hermana.
• Carmen, preocupada, queda atrapada entre el deseo de proteger a Marta y el temor de que la situación termine arruinando la imagen de la empresa.
• Pelayo, que intenta sostener un papel de esposo comprensivo, se convierte en el principal sospechoso de Gabriel, un hombre que nunca perdona una traición.

El capítulo avanza mostrando cómo el dolor de Marta se transforma en terreno fértil para que Gabriel despliegue su manipulación. La debilidad de la joven la convierte en un blanco perfecto para sus planes. Al mismo tiempo, la sospecha sobre Pelayo abre un nuevo frente que podría desencadenar una guerra abierta entre familias.

La tensión emocional alcanza su punto álgido cuando Marta, tras otro intercambio con Pelayo, decide ignorar tanto a su marido como a su hermano y permanece junto a Gabriel, como si buscara en él un aliado en medio de su derrumbe. Para Gabriel, esa cercanía es la confirmación de que puede utilizar el dolor de Marta a su favor, pero también la chispa que aviva su resentimiento contra Pelayo.

El avance cierra con varias preguntas en el aire que mantienen en vilo al espectador:

• ¿Podrá Marta recuperar el control de su vida antes de hundirse por completo en el alcohol?
• ¿Logrará Andrés convencerla de aceptar ayuda o terminará distanciado de ella?
• ¿Usará Gabriel la fragilidad de Marta como un arma contra Pelayo?
• ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar Pelayo para mantener ocultas sus conexiones con Don Pedro?

El capítulo promete ser un torbellino de emociones, marcado por el dolor, la manipulación y la desconfianza. Sueños de Libertad demuestra una vez más que en su universo nada es lo que parece y que cada gesto, cada palabra y cada silencio pueden convertirse en detonantes de un nuevo escándalo.

En definitiva, Marta se enfrenta a la prueba más dura de su vida: superar la pérdida sin destruirse en el intento. Andrés lucha por salvarla del abismo, Carmen se convierte en su protectora en la sombra, y Gabriel, astuto y calculador, planea cómo convertir esta tragedia en una oportunidad para descubrir a su verdadero enemigo.