Avance semanal ‘Sueños de libertad’: Begoña descubre a María, del 15 al 19 de septiembre

La colonia De la Reina se sumerge en una atmósfera asfixiante, donde los secretos, el dolor y la desesperación marcan cada paso de sus habitantes. La semana del 15 al 19 de septiembre será decisiva, una cadena de acontecimientos que arrastrará a todos hacia revelaciones dolorosas y decisiones que no tendrán vuelta atrás.

El aire parece enrarecido, cargado de sospechas y silencios que pesan más que las palabras. La vida de las familias protagonistas se enreda en un torbellino de emociones, donde el luto, la traición y las mentiras se convierten en el pan de cada día. Para Begoña, será la oportunidad de confirmar una sospecha que la carcome desde hace tiempo: María no está tan inválida como finge y esconde su recuperación para retener a Andrés a su lado. Para Tasio, en cambio, el fantasma de su madre Ángela lo empujará a buscar una justicia teñida de odio. Y en el seno de los Merino, la agonía de Don Pedro traerá consigo tanto la posibilidad de una liberación como la amenaza de oscuros secretos revelados.

Lunes: ecos de dolor y reproches
El inicio de la semana se tiñe de luto con la noticia de la muerte de Ángela. Tasio, incapaz de llorar, recibe a sus hermanos con frialdad y rabia. Marta y Andrés intentan acercarse a él, ofrecerle consuelo, pero solo encuentran rechazo. Tasio los acusa públicamente de haber permitido que su madre muriera de pena, víctima del maltrato constante de Damián. El muchacho estalla en mitad de la calle, gritando ante los vecinos que su propio padre fue el verdadero asesino de su madre. Con esas palabras, rompe cualquier lazo con sus hermanos, a quienes rechaza de forma definitiva.

Mientras tanto, en la mansión, Begoña enfrenta a Andrés sobre una decisión inquietante: María ha despedido a su enfermera, Olga. Para Begoña, este paso es más que sospechoso, pues María aún necesita asistencia. Andrés, sin embargo, defiende a su esposa y le reprocha a Begoña que intente ponerlo en su contra. La conversación termina en un enfrentamiento doloroso que deja a Begoña hundida, convencida de que Andrés la interpreta mal y de que cada palabra los aleja más.

En paralelo, Cristina sigue empeñada en encontrar a su padre y recurre a Damián, quien le entrega información del detective privado. El patriarca parece mostrarse generoso, pero sus motivaciones son tan turbias como todo lo que rodea a la familia De la Reina.

Por otro lado, en la casa de los Merino, la situación se complica: Joaquín confiesa a su hermano Luis que ha pedido ayuda a Damián para solucionar sus problemas financieros, entregándole la posibilidad de recalificar unos terrenos sin valor. El precio, asegura, es nulo, pero Luis sospecha que el patriarca jamás actúa sin interés. Al mismo tiempo, Gema percibe que Digna oculta algo: descubre un moretón en su rostro, prueba de que Don Pedro la maltrata. Entre lágrimas y evasivas, la madre se resiste a confesar la verdad, hasta que Luis, atando cabos, comprende que su padre los chantajea con un secreto relacionado con la misteriosa muerte de su tío Jesús.

Martes: el peso de la culpa y una mentira peligrosa
Damián, devastado por el odio de Tasio, se muestra arrepentido ante Andrés. Reconoce sus errores, su papel en la destrucción de Ángela y el dolor que ha causado a toda la familia. Por primera vez, Andrés lo escucha con compasión, otorgándole un apoyo que el patriarca necesita desesperadamente.

En la familia Merino, la noticia de que Don Pedro agoniza estremece a todos. Digna, presa del miedo, insiste en acudir a su lado pese a las súplicas de sus hijos y de Gema, que no comprende cómo sigue sometida al hombre que la ha destrozado. La verdad aflora: Digna es prisionera de un chantaje y no puede escapar. La familia queda atrapada en esa red de mentiras, incapaz de liberarse.

Por su parte, Tasio impone que su padre no asista al funeral de Ángela, una decisión que sacude incluso al párroco. Damián, sin embargo, no acepta quedarse al margen. La tensión entre ambos se intensifica, presagiando un enfrentamiento inevitable.

Marta, cada vez más hundida, se refugia en el alcohol mientras Andrés se desespera al verla destruirse. El drama familiar se mezcla con el secreto de María, que empieza a caminar a escondidas, aferrándose a los muebles de su habitación. Aunque intenta ocultarlo, Luz, la doctora, empieza a sospechar al notar en ella un tono muscular imposible para alguien con su diagnóstico. María siente que su mentira peligra: cada día está más cerca de ser descubierta.

Miércoles: un funeral cargado de ausencias y confesiones
El entierro de Ángela se convierte en un escenario de tensiones. Tasio vigila la entrada de la iglesia, convencido de que Damián aparecerá, pero este no llega. Su ausencia divide a la comunidad entre quienes lo tachan de cobarde y quienes culpan a Tasio de crueldad. La fractura familiar queda expuesta ante todos.

La noticia de la inminente muerte de Don Pedro sacude a los Merino. Tras el entierro, Digna finalmente rompe a llorar y confiesa entre susurros el infierno que ha vivido durante años. Gema, compasiva, se convierte en su apoyo.

En paralelo, Damián recibe una visita inesperada: el concejal Vaca le promete recalificar los terrenos y limpiar la imagen de la perfumería con un discurso público. Este gesto, aunque sospechoso, devuelve un rayo de esperanza a la empresa. Digna, agradecida, se acerca a Damián y termina confesándole la verdad sobre el chantaje de Pedro y la noche en que Jesús murió. Ese secreto compartido los une de forma insólita, sellando una alianza inesperada.

Marta, entretanto, sigue hundiéndose, y Pelayo teme que su estado afecte su carrera política. Andrés intensifica la búsqueda de Fina, ignorando que Pelayo oculta información clave sobre ella. Por su parte, Tasio, incapaz de sostener más su fachada de rabia, se derrumba en brazos de Gaspar, culpándose por haber discutido con su madre poco antes de su muerte.

Jueves: maniobras y un detalle revelador
Con Don Pedro en sus últimas horas, Damián maniobra para asegurar el futuro de la empresa. Gabriel propone un resquicio legal que permita relevarlo y Damián elige a Marta como sucesora. Pese a su fragilidad, ella acepta el reto, viendo en el trabajo un refugio contra su dolor. Para lograrlo, necesitan el voto de María, quien sorprende a todos al respaldar a Marta.

Sin embargo, María da un giro inesperado: anuncia que se trasladará a una clínica en Madrid y que será Gabriel, no Andrés, quien la acompañe. Una decisión que desconcierta y alimenta las sospechas.

Mientras tanto, Don Pedro pide el alta voluntaria para morir en casa. Luz observa con inquietud la extraña relación de Digna con su verdugo, y Gema termina confesándole el chantaje que soporta su suegra. La doctora se indigna, furiosa con Luis por haberle ocultado la verdad.

La revelación más impactante llega de manera inocente: la pequeña Julia, jugando, señala que los zapatos de su tía María están gastados por la suela. “¿Será porque caminas de noche como los duendes?”, pregunta. Ese comentario infantil, escuchado por Begoña, se convierte en la pieza que faltaba en el rompecabezas. De pronto, todo encaja: el despido de Olga, la extraña recuperación, la decisión de marcharse a Madrid. La niña, sin saberlo, ha destapado la gran mentira.

Viernes: verdades incómodas y sospechas confirmadas
Luz enfrenta a Luis por haberle ocultado el infierno de su madre. La discusión abre un abismo en su matrimonio, revelando la fragilidad de la familia Merino.

En la mansión, Begoña utiliza la observación de Julia para tantear a Gabriel, insinuando que María gasta zapatos pese a no poder caminar. El abogado intenta restar importancia, pero su nerviosismo lo delata. Begoña lo observa con frialdad y, en silencio, confirma lo que intuía: María está recuperando la movilidad en secreto, y Gabriel lo sabe.

La semana termina con esa certeza clavada en su mente. Begoña comprende que está frente a una traición calculada y que el tiempo de las dudas ha acabado. Lo que venga después será un choque inevitable entre la verdad y la mentira.