Sueños de Libertad’, avance semanal capítulos del 3 al 7 de noviembre: Un nuevo personaje y la
estado dispuesto a arruinar a su propia familia. Aunque se había retractado, aunque ahora estuviera en un camino de redención, el eco de esa oscuridad seguía allí.
La puerta del despacho se abrió suavemente. Begoña entró, su rostro iluminado por una sonrisa que disipó momentáneamente la penumbra del ánimo de Gabriel. Llevaba dos tazas de café humeante.
BEGOÑA
(Dulce y aliviada)
Aquí tienes. Pensé que te vendría bien un poco de consuelo después de… después de la conversación.
Le tendió una taza. Gabriel la tomó, sintiendo el calor reconfortante en sus manos frías.
GABRIEL
(Intentando sonar tranquilo)
Gracias, Begoña. Ha sido… intenso.
BEGOÑA
(Se sienta en la silla de enfrente, su mirada llena de esperanza)
Lo sé. Y lo entiendo. Adoptar a Julia, tomar este paso… es un acto de amor inmenso. No solo por mí, Gabriel, sino por ella. Significa darle la estabilidad que necesita, un futuro seguro. Un verdadero padre.
GABRIEL
(La mira a los ojos, con una sinceridad casi dolorosa)
¿Tú crees eso? ¿De verdad crees que puedo ser ese… verdadero padre?
BEGOÑA
(Se inclina hacia adelante, tomando suavemente su mano sobre el escritorio)
Lo sé. Te he visto con ella. La forma en que le explicas el cielo, la paciencia que tienes con sus preguntas. Le diste estabilidad cuando su mundo se derrumbó con la muerte de Jesús. Y lo más importante: eres un hombre bueno, Gabriel. Un hombre que ama.
La palabra “bueno” resonó en su cabeza como una campana desafinada. Se estremeció.
GABRIEL
(Retirando su mano, la voz baja y tensa)
Begoña, hay cosas… hay tantas cosas que no sabes sobre mí. Hay demonios que…
BEGOÑA
(Interrumpiéndole con firmeza, pero dulzura)
Todos tenemos demonios, Gabriel. Incluso Jesús los tenía, y su oscuridad nos consumió a Julia y a mí. Pero tú… tú has luchado contra los tuyos. Has elegido la luz, has elegido la verdad. Y eso, para mí, es la definición de un hombre de bien.
Una lágrima solitaria rodó por la mejilla de Begoña. Ella no la secó.
BEGOÑA
No me importa tu pasado, Gabriel. Me importa el hombre que eres hoy, el que veo. Y ese hombre es el único con el que quiero que Julia crezca. ¿Qué te atormenta? Dímelo.
Gabriel miró la foto de Julia de nuevo. La verdad ardía en su garganta, la historia de su venganza, el engaño a la familia, su verdadera identidad. Revelarlo ahora podría destrozar la confianza que tanto le había costado construir, podría poner en peligro la adopción, y lo que era peor, el amor de Begoña.
GABRIEL
(Su mirada se vuelve dura, enmascarando su tormento)
Me atormenta no ser digno. El miedo de que la historia se repita. De que al final… yo no sea mejor que los hombres que nos precedieron. De que un día, Julia descubra que… su padre adoptivo tiene sombras que nunca se irán.
Begoña, sin saber la magnitud real de esas “sombras”, se levantó y lo rodeó por detrás del escritorio, abrazándolo con fuerza, su mejilla sobre su cabello.
BEGOÑA
(Susurrando)
Todos tenemos sombras, mi amor. Pero no definen quiénes somos. Tu elección de amar, de proteger, de ser una familia… eso es lo que te define. Eres el padre que Julia necesita. Y ella te hará mejor. Por favor, no dejes que el miedo te quit