PREVIEW OF DREAMS OF FREEDOM, THURSDAY, SEPTEMBER 4, ANTENA 3, CHAPTER 389, JOAQUIN CONFRONTS IRENE
Hola amigos, hoy les traigo el avance del capítulo 389 de Sueños de Libertad
El nuevo episodio de Sueños de Libertad comienza en la secretaría, un escenario donde la tensión se palpa desde el primer instante. Irene está hojeando el periódico cuando Joaquín hace su aparición. Sin dedicarle siquiera una mirada, se dirige de inmediato a su despacho. Irene, incómoda por la frialdad, decide seguirlo y romper el hielo con un saludo educado: “Buenas tardes. ¿Puedo ayudarle en algo?”. La respuesta de Joaquín es dura y cargada de reproche. Molesto, casi sin poder contener la rabia, le suelta que no puede expresar con palabras todo lo que siente, aunque si quisiera, sí lo haría, pero prefiere no hacerlo. Con un tono helado, marca distancia y deja claro que, aunque les toque seguir trabajando juntos, su confianza en ella está destruida.
Irene, consciente de la magnitud de su error, intenta excusarse. Le asegura que se arrepiente profundamente de haberlo apartado de la dirección de la empresa, pero Joaquín corta su intento de justificación con una frase demoledora: “Quizá eso la consuele a usted, pero a mí no”. Irene insiste en que fue manipulada por su hermano, quien le hizo creer que aquella decisión era lo mejor para el negocio, aunque ella siempre supo en el fondo que no lo era. Se lamenta de haber seguido ese consejo, afirma que se arrepintió inmediatamente después de hacerlo y reconoce el daño causado. Pero Joaquín, firme y tajante, sentencia que jamás podrá perdonarla.

Ella, con un tono casi suplicante, le pide que al menos algún día intente comprenderla. Sin embargo, Joaquín la enfrenta con crudeza: ¿por qué tendría que hacerlo? Le recuerda que no solo lo hirió a él, sino también a toda su familia, que llegó a pensar que había recaído en sus problemas, haciéndole dudar de sí mismo, de sus capacidades y de su profesionalidad. Confiesa que llegó a sentirse un inútil, un fracasado, cuando en realidad fueron ellos quienes lo traicionaron. Por eso afirma que no la perdonará nunca y que, en cierto modo, le alegra que viva para siempre con esa culpa, porque es lo que merece. Con dureza concluye que al menos le agradece una cosa: haberle enseñado a desconfiar. Antes no lo era, pero ahora, después de todo, comenzará a serlo, porque es la única forma de protegerse de personas como ella.
Irene, desesperada, vuelve a mencionar a su hermano, asegurando que se sintió en deuda con él y que siempre creyó que le debía todo. Esa lealtad ciega la llevó a actuar contra Joaquín, aunque en el fondo sabía que era un error. Y añade un dato revelador: si hubiera sabido entonces lo que sabe ahora, nunca habría permitido que Digna se casara con su hermano. Ahora ella está atrapada en esa casa, sin poder salir. Joaquín, sorprendido, la mira fijamente y le pregunta si también conoce esa verdad. En ese preciso instante, la tensión se corta cuando Tasio entra en la oficina, interrumpiendo la conversación.
Más adelante, Digna se dirige a la casa de los Reina, donde visita a Julia. Allí coincide con Damián. Cuando Julia se ausenta un momento para pedirle a Manuela que llame a Gema y a Teo, Damián aprovecha para acercarse a Digna. Percibiendo su tristeza y cansancio, le pregunta con suavidad si todo está bien. Ella responde evasiva, intentando disimular, pero él la conoce demasiado bien. Le recuerda que siempre ha sabido cómo se siente con solo mirarla. Ante su insistencia, Digna finalmente admite que está muy preocupada por Pedro. Damián, alarmado, le pregunta si la situación es grave. Ella se resiste a dar más detalles, corta la conversación, pero agradece sus palabras de apoyo antes de marcharse. Esas palabras, cargadas de emoción, dejan a Damián conmovido.
Poco después, Damián entra en el despacho de don Pedro. Lo encuentra visiblemente afectado, aunque el hombre intenta disimular. Damián le comenta que estuvo haciendo llamadas para conseguir el préstamo que necesitan, pero no ha tenido éxito. Don Pedro, resignado, concluye que no queda otra opción que esperar el resultado de la inspección. Damián, sin embargo, nota su mal estado de salud y le sugiere que descanse unos días más tras el colapso que sufrió recientemente. Pedro se muestra orgulloso y desafiante, minimizando el problema como una simple bajada de tensión.
La conversación se intensifica cuando Damián lo encara directamente: “Deja de mentirme, Pedro, estás enfermo”. Don Pedro responde con frialdad, acusándolo de entrometerse. Damián, por su parte, le deja claro que su preocupación no es personal, sino por la empresa, que necesita un líder en plenas condiciones. Con ironía, llega a insinuar que si Pedro quiere dejar el cargo, debería hacerlo ahora, en lugar de prolongar la farsa. Pedro, furioso, corta la charla y lo echa de su despacho, reafirmando que sigue siendo su lugar de trabajo.

Mientras tanto, en otro rincón de la trama, María cita al padre Agustín en su casa. Con emoción, le confiesa que siente un llamado profundo a la maternidad. A pesar de su discapacidad física, asegura que tiene mucho amor para dar y que no se resignará a vivir sin un hijo. Como no puede concebir, le plantea la idea de la adopción. Explica que Andrés, su marido, tiene dudas, y por eso necesita que el padre hable con él y lo convenza.
El sacerdote le recuerda que una decisión así debe tomarse en pareja y además le advierte sobre los elevados costos económicos de un proceso de adopción. María, sin perder la determinación, responde que nada le parece más justo que gastar su dinero en dar una vida mejor a un niño huérfano. Llega incluso a insinuar que la parroquia también saldría beneficiada si el padre los apoya, pero él la interrumpe, cansado de escuchar promesas. Finalmente, con un suspiro, acepta hablar con Andrés. María, aliviada, sonríe y le agradece con el corazón, convencida de que ese será el primer paso para cumplir su sueño.
Este capítulo 389 de Sueños de Libertad deja a los espectadores con un nudo en la garganta. Los enfrentamientos entre Irene y Joaquín desnudan viejas heridas que parecen imposibles de sanar; la situación de Digna y Pedro apunta a un drama cada vez más profundo, marcado por la enfermedad y la mentira; y el deseo ferviente de María por ser madre abre un nuevo frente cargado de emociones, sacrificios y posibles conflictos. Cada escena está impregnada de secretos revelados, tensiones familiares y decisiones que cambiarán el rumbo de todos los personajes.