PREVIA DE SUEÑOS DE LIBERTAD, LUNES 15 DE SEPTIEMBRE, ANTENA 3, CAPÍTULO 396, TODOS CONTRA DON P…
Avance capítulo 396 de Sueños de Libertad: decisiones críticas y planes estratégicos
El capítulo 396 de Sueños de Libertad arranca con un tono reflexivo y cargado de emociones, centrado en María y Andrés, quienes mantienen una conversación íntima sobre lo efímero de la vida y la importancia de no dejarse arrastrar por conflictos triviales. María, con un tono melancólico pero firme, comenta a Andrés que a veces se pierde demasiado tiempo en discusiones inútiles y que la vida se nos escapa mientras nos enfrascamos en detalles sin relevancia. Andrés, preocupado por su bienestar, le pregunta si se siente mejor, y ella confirma que sí, revelando que su reciente encuentro con Luz le ha dado algunos consejos muy útiles y que ha decidido retomar la rehabilitación con determinación. A pesar de no poder caminar por completo y de que el plan de adopción no seguirá adelante, María se muestra optimista y lista para luchar por su recuperación.
Andrés, sorprendido por la firmeza de María, intenta intervenir, pero ella lo interrumpe con suavidad, explicándole que no se trata de un reproche hacia él, sino de reafirmar su compromiso con su propia recuperación. Explica que asistirá a una clínica especializada en Madrid, lo que plantea nuevas dificultades logísticas. Andrés, preocupado por los desplazamientos diarios, ofrece acompañarla algunos días, pero María le tranquiliza asegurándole que ya tiene organizado quién la llevará, y que solo asistirá tres días a la semana, evitando que la preocupación interfiera en las obligaciones de Andrés. Esta conversación demuestra la independencia de María y su determinación de seguir adelante, a pesar de las limitaciones físicas y la necesidad de apoyo externo.
En ese momento, Gabriel aparece y se convierte en el acompañante elegido para llevar a María a la clínica. La interacción entre ambos revela un toque de humor y complicidad: María admite con calma que simplemente le ha dicho a Andrés que ha recuperado la ilusión por vivir y que Gabriel la llevará a la clínica, mientras Gabriel responde con ironía, haciendo referencia a la logística y a su propio beneficio al recoger correspondencia en Madrid. La escena refleja cómo María maneja la situación con astucia, consiguiendo apoyo sin generar conflictos ni preocupaciones innecesarias. Además, su interacción con Gabriel evidencia su habilidad para influir y manejar las percepciones de los demás sin que se sientan manipulados, aunque Gabriel lo percibe claramente.:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Ff26%2Fd23%2Fc34%2Ff26d23c34df334ce422882a5301ec527.jpg)
Mientras tanto, en la casa de don Pedro, la trama toma un giro hacia la preocupación por la salud del patriarca. Don Pedro llega acompañado de Luz y Digna, y se muestra quejoso por el dolor que experimenta, mientras Digna responde con frialdad, recordándole que fue él quien insistió en el alta voluntaria y que, aunque desee estar en casa, su estado físico no se lo permite. Luz interviene, intentando mediar entre la postura firme de Digna y el deseo de autonomía de don Pedro, subrayando que, a pesar de sentirse mejor gracias a la medicación, no debe intentar regresar a la colonia ni a sus actividades habituales en la empresa. Don Pedro, consciente de sus limitaciones, reconoce que no volverá a su despacho y encuentra consuelo en la compañía de su esposa, mientras Luz y Digna intercambian comentarios sobre el desgaste físico y emocional que conlleva cuidar de alguien enfermo.
La tensión se intensifica cuando don Pedro pregunta por la carta destinada a Cristina, reflejando su persistente intento de reparar viejas heridas o, al menos, de transmitir sus sentimientos. Luz le informa que la carta fue entregada, pero que no sabe cómo fue recibida. Digna se sienta a su lado para acompañarlo, mientras él muestra cierta vulnerabilidad, buscando un contacto humano que le brinde consuelo. Este momento pone de manifiesto la fragilidad del patriarca y cómo su salud y sus emociones afectan tanto a él como a quienes lo rodean, generando un ambiente cargado de incertidumbre y preocupación.
Paralelamente, Andrés se reúne con María para discutir la situación de la empresa y la necesidad de anticiparse a posibles crisis relacionadas con la dirección de la compañía. Explica que buscan garantizar la estabilidad y el relevo del liderazgo antes de que la salud de don Pedro empeore aún más. María, consciente de la delicadeza de la situación, muestra empatía por el estado del patriarca, pero también entiende la importancia de la transición empresarial. La conversación evidencia la dualidad entre el afecto familiar y las decisiones estratégicas que requieren tomar en un contexto de crisis, donde cada movimiento puede tener implicaciones legales y financieras.
Se revela que la intención es que Marta asuma temporalmente la dirección, mientras se organiza la renuncia de Joaquín y se prepara la elección de un nuevo director permanente. María duda sobre la legalidad de los movimientos, pero Andrés asegura que Gabriel ha confirmado que todo se ajusta a los estatutos de la empresa. María aprueba la medida, reconociendo que es lo más sensato considerando que don Pedro no puede gestionar nada por sí mismo. Andrés enfatiza la necesidad de unanimidad en la junta y solicita el voto de María, subrayando que cualquier cambio sin consenso podría ser peligroso para la empresa. María, firme, confirma su apoyo, asegurando que lo que sea beneficioso para la empresa también lo es para Julia, demostrando su equilibrio entre el interés familiar y la responsabilidad corporativa.

En la fábrica, Joaquín y Luis se reúnen con Damián para discutir la situación crítica de la empresa ante el empeoramiento de la salud de don Pedro. Damián enfatiza que, aunque pueda sonar frío, es necesario velar por el futuro de la compañía y asegurar que no quede desatendida la dirección. Explica que, según los estatutos, es posible cesar al director actual siempre que la junta apruebe por unanimidad, y que deben acordar un plan de transición para evitar un vacío de poder que afecte la imagen y el funcionamiento de la empresa. Joaquín muestra su desacuerdo sobre quién debería asumir el cargo interino, proponiendo su candidatura, mientras Damián insiste en buscar a alguien de consenso que inspire confianza y estabilidad. Finalmente, Damián sugiere a su hija Marta como la candidata ideal, lo que genera un debate sobre egos, experiencia y legitimidad, destacando la dificultad de equilibrar intereses personales con las necesidades de la compañía.
Luis y Joaquín reconocen que el tiempo apremia y que es necesario tomar decisiones rápidas, pero con prudencia, considerando tanto el bienestar de la empresa como la salud y seguridad de su madre. Damián subraya la importancia de apoyar a la familia en estos momentos críticos, recordando que la atención a la madre debe ser prioritaria mientras se gestionan los asuntos empresariales. La reunión concluye con un sentimiento de urgencia y responsabilidad compartida, dejando claro que los próximos pasos determinarán el rumbo de la empresa y el bienestar de la familia, mientras los personajes navegan entre lealtad, estrategia y emociones intensas.
En resumen, este capítulo combina drama familiar, tensiones empresariales y decisiones estratégicas críticas, mostrando cómo los personajes deben equilibrar intereses personales, familiares y corporativos mientras enfrentan la incertidumbre de la salud de don Pedro y los desafíos en la dirección de la empresa. María, Andrés, Damián, Joaquín y Luis se ven obligados a tomar decisiones difíciles que marcarán el rumbo de sus vidas y el futuro de la compañía, en un episodio lleno de emoción, estrategia y giros inesperados.