Luis trata de normalizar su relación laboral con Cristina y habla con ella – Sueños de Libertad

🔴 Spoiler: “Pasión oculta y secretos compartidos”

El ambiente en La Promesa se carga de emoción y tensión cuando una reunión aparentemente rutinaria de trabajo entre Cristina y su compañero termina destapando sentimientos, dudas y una química que ninguno de los dos parece querer reconocer abiertamente. Lo que comienza como una conversación sobre el lanzamiento de un nuevo perfume se transforma en una confesión velada sobre lo ocurrido la noche anterior, un episodio que marcará inevitablemente el rumbo de sus vidas personales y profesionales.

Cristina se muestra satisfecha tras haber culminado con éxito la presentación de un proyecto crucial. La seguridad en sus palabras es evidente: mañana lo expondrá ante la junta directiva y, una vez recibida la aprobación, la producción dará inicio. Sin embargo, no es solo un paso más en la empresa, sino un acontecimiento que coincide con el lanzamiento del primer perfume del aniversario, un producto simbólico que promete marcar un antes y un después en la trayectoria de la compañía. Su compañero, orgulloso de su dedicación, la felicita con entusiasmo. Pero él mismo le recuerda que el mérito no es solo suyo: Cristina también ha jugado un papel fundamental en cada detalle, consolidando la sensación de que lo que los une va mucho más allá de lo laboral.

Capítulo de hoy de Sueños de libertad; 21 de julio: Cristina se enfrenta a  su pasado

Con un gesto casi ceremonial, Cristina le muestra un dossier que Marta ha dejado para ella. En esas páginas se recoge un detalle fotográfico que será utilizado en la campaña publicitaria del nuevo perfume. El nombre elegido despierta murmullos y sonrisas: “Pasión oculta”. La elección no podría ser más irónica, pues lo que ambos callan es precisamente una pasión que, aunque intentan disimular, arde bajo la superficie.

El momento se torna aún más íntimo cuando él, con cierto nerviosismo, decide abordar lo que ambos han estado evitando desde la noche anterior. Con voz contenida, rompe el silencio: “Cristina, tienes razón, debemos hablar de lo que pasó”. Esa frase abre la puerta a un recuerdo compartido que ninguno ha dejado de revivir: el beso impulsivo que se dieron tras la euforia de haber terminado el trabajo. Ella, sorprendida, lo escucha mientras él intenta restar importancia al gesto, atribuyéndolo a la emoción del momento y a la alegría de haber concluido un proyecto tan significativo.

El beso, sin embargo, no fue tan sencillo de olvidar. Él insiste en que fue solo un arrebato, una chispa encendida por la celebración, y recalca que no quiere que ella malinterprete la situación. Cristina, con un atisbo de rubor y un nudo en la garganta, trata de seguirle el juego y minimizar lo sucedido. “Fue una tontería, nada más… un impulso”, asegura, aunque en el fondo ambos saben que no fue tan simple.

La tensión se intensifica cuando él, con una mezcla de ironía y temor, pregunta de manera directa: “Cristina… tú no estarás enamorada de mí, ¿no?”. La pregunta, aunque disfrazada de broma, pone en jaque a Cristina, que intenta salir airosa sin mostrar sus verdaderos sentimientos. Ambos fingen naturalidad, pero la incomodidad flota en el aire como una nube imposible de disipar.

Él se muestra aliviado cuando ella insiste en que no hay nada más detrás de aquel beso, y afirma con firmeza que no volverá a suceder. La necesidad de mantener intacta la relación profesional pesa más que los deseos reprimidos. Cristina asiente, aparentando tranquilidad, pero su corazón late con fuerza, consciente de que lo que han compartido no puede borrarse con simples palabras.

La conversación concluye con un pacto tácito: seguir adelante como si nada hubiera ocurrido. Ambos respiran con aparente alivio, contentos de haber aclarado la situación, pero las miradas, los silencios y la forma en la que sus voces tiemblan dejan entrever que la “pasión oculta” no ha hecho más que empezar.

Cristina intenta aclarar las cosas tras su beso con Luis, pero él no quiere  hablar del tema

Lo más intrigante es que el nombre del perfume parece actuar como un espejo de lo que realmente sienten. Cada vez que pronuncian esas dos palabras, la tensión entre ellos se hace más evidente. ¿Será el destino burlándose de ellos? ¿O un presagio de lo que está por venir?

Mientras tanto, en los pasillos de la empresa, las intrigas no se detienen. Marta, al dejar aquel dossier, quizá sea consciente de la tormenta que está generando sin querer. Y Cristina, a pesar de su intento de mostrarse fuerte y racional, se enfrenta a la encrucijada más difícil de su vida: decidir entre el deber profesional o escuchar los susurros de su corazón.

La ironía se intensifica cuando, tras esa conversación, ambos se sienten más unidos que nunca, aunque nieguen cualquier posibilidad de romance. La promesa de seguir trabajando juntos en nuevos proyectos, la complicidad de sus miradas y la confianza mutua los convierte en aliados inquebrantables, pero también en prisioneros de un deseo que ninguno se atreve a confesar.

El capítulo promete abrir la puerta a un juego de tensiones cada vez más peligrosas. Lo que ahora intentan enterrar bajo excusas podría convertirse en un escándalo capaz de desestabilizar no solo su relación, sino también el equilibrio de toda la compañía. Porque en La Promesa, los secretos jamás permanecen ocultos por mucho tiempo, y la “Pasión oculta” que hoy intentan silenciar puede convertirse mañana en la llama que incendie todo a su paso.

🔮 Así, lo que parecía un simple diálogo de aclaración se transforma en un anuncio de tormenta. El público queda expectante: ¿será este el inicio de un romance prohibido o el fin de una amistad que parecía indestructible? La respuesta está por llegar, y promete emociones intensas en cada escena.