LA PROMESA Previa Capítulo 676 Martes 16 de Septiembre VALLADARES vs. CATALINA

Hola, una tarde más iniciando la semana

La semana arranca en La Promesa con un capítulo cargado de intrigas, amenazas veladas y conflictos que ponen a prueba tanto a los nobles como a los criados del palacio. Desde el primer momento, el Barón de Valladares demuestra que no tiene la menor intención de suavizar su postura. Directo y sin contemplaciones, le plantea a Catalina una exigencia que sacude los cimientos de su mundo: debe marcharse de la Promesa, pero no con toda su familia, sino sola, sin su marido ni sus hijos. La propuesta es cruel y humillante, pero Catalina, con la dignidad de una hija del marqués, se niega en rotundo a aceptarla.

Esta negativa, sin embargo, no detiene la tormenta que se cierne sobre ella. Muy pronto, los rumores sobre el origen del levantamiento de los trabajadores empiezan a extenderse como pólvora. Las voces en los pasillos señalan a Catalina como instigadora de la revuelta, acusándola de haber empujado a los jornaleros a rebelarse contra la autoridad. La presión crece por momentos y los nobles, temerosos de que la situación se les escape de las manos, comienzan a apuntar hacia ella. Catalina, en lugar de doblegarse, se mantiene firme y responde a los ataques con más fuerza de la esperada. Lejos de mostrarse sumisa, se defiende golpeando con dureza, y no duda en arremeter contra Martina y otros miembros de la familia, lo que genera un clima sofocante en el palacio. Las miradas cargadas de reproche, las discusiones veladas y las palabras punzantes hacen que el ambiente en la Promesa se vuelva cada vez más insoportable.

Avance de 'La Promesa' del capítulo 676 de hoy, martes 16 de septiembre:  Samuel está roto por Pía | Series

Mientras tanto, Lorenzo mantiene una conversación con Jacobo en la que lo felicita por lograr que Martina asista al patronato. Pero lejos de ser un intercambio cordial, sus palabras rebosan un tono machista y desagradable que revela la forma en que ambos perciben el papel de las mujeres. Teresa, que se encuentra cerca, escucha la charla sin intervenir, pero por dentro se muerde la lengua, conteniendo la rabia que le producen aquellas actitudes tan injustas.

En otra parte del palacio, Ángela continúa atrapada en su encierro. El aislamiento empieza a pasarle factura y teme seriamente por su salud. Desesperada, implora a Leocadia que al menos permita que un médico la revise. Al inicio, la señora se muestra inflexible, pero ante la insistencia termina accediendo. Sin embargo, lo que parecía un pequeño triunfo se convierte en una nueva decepción. Cuando el médico acude, Leocadia lo soborna para que engañe a la joven, diciéndole que necesita únicamente reposo y ocultándole la gravedad de su situación. Ángela queda atrapada en una red de mentiras que alimenta aún más su angustia y su sensación de impotencia.

Por otro lado, Cristóbal se quita la máscara. Durante una conversación con Ricardo, deja entrever sus verdaderas intenciones y confiesa que le guarda rencor desde aquel día en que pidió a Manuel que intercediera por ellos. El resentimiento acumulado se convierte en un arma peligrosa que amenaza con desencadenar nuevos conflictos.

La tensión también se refleja en Samuel. El joven no logra ocultar la herida que le provoca ver a Pía humillada, relegada a limpiar los suelos del palacio como si fuera la más baja de las criadas. Cada movimiento de ella con la escoba o el cubo de agua lo destroza por dentro, y aunque intenta mantener la compostura, su dolor es evidente. En paralelo, Petra arrastra molestias físicas que no pasan desapercibidas. Decide acudir al médico y recibe un diagnóstico aparentemente inofensivo: tortícolis. Sin embargo, el malestar no le da tregua y repercute tanto en su carácter como en su trabajo. Su humor se vuelve más ácido y sus tareas, más difíciles de cumplir. Ante esta situación, Samuel se muestra dispuesto a ayudarla, en un gesto que refleja su nobleza incluso en medio del caos.

En la zona de servicio, el ambiente tampoco es mejor. López, visiblemente afectado, se desahoga con Teresa y Curro. La tensión acumulada lo empuja a compartir lo que siente, aunque lo hace con un tono que deja ver su malestar. Simone y Candela, atentos al evidente mal humor del lacayo, no tardan en notar que algo ocurre. La curiosidad puede más que la prudencia, y ambos deciden indagar para descubrir qué le pasa realmente. Sin embargo, su insistencia termina siendo contraproducente. Lo que comienza como un intento de acercamiento desemboca en una fuerte discusión entre Vera y López. Las palabras suben de tono, los reproches se disparan, y el enfrentamiento se convierte en un estallido emocional que acaba peor de lo que estaba, dejando heridas abiertas en la convivencia entre los criados.

En conjunto, el capítulo pinta un retrato de un palacio en ebullición, donde los conflictos no hacen más que intensificarse. Catalina se enfrenta a un dilema imposible: o cede a la presión de abandonar la Promesa sola, o soporta el peso de las acusaciones que la señalan como instigadora de la revuelta. Cada gesto suyo es escrutado, cada palabra se convierte en arma de doble filo, y la tensión familiar alcanza niveles insoportables.

Ángela, por su parte, continúa prisionera de las decisiones de Leocadia, atrapada en un engaño médico que la sume en la incertidumbre. Su desesperación refleja el costo humano de las intrigas que dominan el palacio.

Avance de 'La Promesa' del martes 16 de septiembre

Cristóbal destapa un rencor peligroso, recordándonos que las heridas del pasado nunca cicatrizan del todo. Samuel y Pía simbolizan el dolor silencioso de quienes sufren la injusticia sin poder rebelarse, mientras Petra, con su malestar físico, añade más tensión a un ambiente ya enrarecido.

Finalmente, los criados, que deberían ser el pilar que sostiene la rutina del palacio, se ven arrastrados por conflictos internos que terminan estallando de la peor manera. La discusión entre López y Vera es el reflejo de cómo las tensiones acumuladas pueden romper incluso los vínculos más estrechos.

El capítulo concluye dejando claro que en La Promesa nadie está a salvo de la tormenta. Los nobles lidian con amenazas de expulsión, rumores y chantajes, mientras los criados combaten el malestar físico, la humillación y las disputas internas. La promesa de paz y armonía parece desvanecerse cada vez más, reemplazada por un ambiente enrarecido en el que cada palabra y cada gesto puede desencadenar una nueva batalla.

Así, la serie nos prepara para una semana intensa en la que los secretos, los rumores y las decisiones difíciles marcarán el destino de todos. Catalina, Ángela, Samuel, Pía, Petra y López se convierten en piezas de un tablero cada vez más complejo, donde la lealtad, el orgullo y el dolor se entremezclan en un juego peligroso que amenaza con desbordarse en cualquier momento.