LA PROMESA Miércoles 17 de Septiembre a las 18:25 Previa del episodio 677 || Series TVE
Hola, soy tu Gustav. Aquí me tienes como siempre con una historia que merece ser contada de La Promesa
En este nuevo avance de La Promesa, la tensión y la intriga alcanzan niveles insospechados. El capítulo que se emitirá el miércoles 17 de septiembre de 2025 promete emociones fuertes, conflictos inesperados y momentos que marcarán un antes y un después en la historia. Comenzamos con Catalina, quien, fiel a su carácter fuerte y decidido, se mantiene inamovible ante cualquier presión. Su determinación de proteger a su familia y de actuar según sus principios es más clara que nunca, pero la serie nos recuerda que incluso las madres más valientes pueden enfrentarse a amenazas que parecen superar cualquier límite.
El verdadero peligro no viene de quien cabría esperar. Ni el capitán Garrapata, ni Rasputín, ni Santos representan el mayor riesgo esta vez. En el centro de la amenaza se encuentra el varón de Valladares, también conocido entre los habitantes de la colonia como el varón de Moñigales, un personaje que ha cruzado la frontera de lo moral y ha mostrado una crueldad calculada y silenciosa. En este capítulo, su estrategia se vuelve directa y cruel: apunta a lo que más puede herir a una madre, sus hijos. Catalina se verá enfrentada a una de las escenas más duras de toda la serie, donde el peligro se percibe no en gritos ni en insultos, sino en la frialdad y en la manera sibilina de hablar del varón, reflejando cómo podría afectar la vida de sus hijos si no accede a sus exigencias.
La escena inicial que prepara este enfrentamiento comienza de manera tranquila y bucólica: Catalina sentada en el jardín con sus hijos, rodeada de flores y sosteniendo a uno de ellos en brazos, en un instante de aparente calma y serenidad. Esta tranquilidad es rápidamente interrumpida por la llegada del varón de Valladares. Sin avisar y como si fuera dueño del lugar, entra en escena mostrando que no sigue normas ni restricciones. Lo más inquietante no es un ataque directo, sino su tono calmado y reflexivo, el modo en que hace notar a Catalina la vulnerabilidad de sus hijos. La amenaza, implícita pero poderosa, genera un impacto emocional que deja a la protagonista momentáneamente paralizada. Por primera vez, la advertencia no es para ella, sino para aquellos que ama, y el mensaje es innegable: si no cumple con lo que él exige, las consecuencias podrían ser irreparables. La crudeza de este momento sitúa a los espectadores al borde del asiento, anticipando el conflicto central que dominará la trama de esta semana.
Paralelamente, la situación en la familia Luján se complica con Martina, quien descubrirá la verdadera naturaleza de su prometido, San Jacobo. Gracias a los indiscretos comentarios de Teresa, que no pierde detalle de lo que ocurre a su alrededor, Martina se entera de que Jacobo ha estado manipulando situaciones desde las sombras y moviendo los hilos para favorecer sus propios intereses. Al conocer esta traición, su reacción es explosiva. San Jacobo intentará negar todo con palabras, pero sus gestos lo delatan. El descubrimiento pone en jaque la relación de pareja y amenaza la boda, mostrando que incluso los lazos más fuertes pueden fracturarse ante la mentira y la manipulación. Esta confrontación augura un enfrentamiento lleno de tensión, donde la honestidad y la pasión chocan con la ambición y el control, y donde Martina demostrará que no está dispuesta a dejarse someter por nadie.
Mientras tanto, en los rincones más oscuros de la promesa, Leocadia y su amante, Ballesteros, comienzan a mover sus piezas estratégicas. Ballesteros sugiere a Leocadia contactar a la Guardia Civil para investigar a Lorenzo por el secuestro de su hija Ángela, confiando en que encontrarían pruebas que lo incriminen. Sin embargo, Leocadia se muestra escéptica, convencida de que Lorenzo, gracias a sus influencias, podrá sortear cualquier investigación. Esta interacción revela la complejidad de sus motivaciones y anticipa un juego de manipulaciones y secretos donde cada movimiento tiene consecuencias significativas. Cristóbal, testigo de esta dinámica, observa con atención y se posiciona para intervenir, insinuando que todavía hay margen para impedir la boda de Ángela con el capitán Garrapata.
En cuanto a Lorenzo, el capitán Garrapata, su participación en la trama se vuelve aún más peligrosa y estratégica. En un encuentro muy tenso con Ángela, quien ha estado recluida durante varios días, utiliza su astucia y su capacidad de manipulación para avanzar en sus objetivos. Con una sonrisa calculadora y una voz suave que oculta su verdadera intención, logra que Ángela, sin darse cuenta, confirme su disposición a cooperar. Este momento, aparentemente simple, permite a Lorenzo presionar a Leocadia, eliminando excusas médicas y acercando la boda deseada con rapidez. La escena muestra la astucia de Lorenzo y la vulnerabilidad de Ángela, aumentando la tensión y dejando al espectador expectante ante los próximos pasos de los personajes.
En el servicio, Santos continúa desplegando su influencia y crueldad. Este niño diabólico, decidido a demostrar su poder, ordena a su padre Ricardo cumplir tareas extremas, como caminar hasta Villalquino llevando una carta, ignorando las limitaciones físicas de su progenitor. Cuando Ricardo se niega, Pía intenta mediar apelando a la humanidad de Ballesteros, pero el mayordomo observa impasible. Santos, con el apoyo implícito del mayordomo, deja claro que no moverá un dedo por nadie, consolidando su posición de control y aumentando la sensación de peligro que lo rodea. Cada acción de Santos refleja un paso más en su evolución hacia un personaje cada vez más peligroso e intocable.
En medio de este caos, Manuel emerge como un foco de esperanza y determinación. Junto a sus dos ayudantes en el hangar, comienza a dar forma a su proyecto empresarial, discutiendo cuál será el primer diseño de su nueva compañía. Las decisiones no son fáciles, y surgen dudas y diferencias de opinión, pero la ilusión y la convicción de Manuel contrastan con los conflictos que se desarrollan a su alrededor. Este proyecto representa no solo una oportunidad para los Luján, sino también un rayo de optimismo y un símbolo de que, incluso en medio del drama, siempre hay espacio para la ambición y el crecimiento personal.
Por último, la relación entre López y Vera atraviesa un momento crítico. López se muestra abatido y desconsolado tras la ruptura, mientras Vera, endurecida por los acontecimientos, se mantiene distante incluso con sus compañeras. La frialdad y el distanciamiento de Vera reflejan su dolor y desconfianza, dejando entrever que su arco emocional está en un punto de inflexión. La dinámica entre ambos sugiere que los próximos episodios estarán marcados por confrontaciones emocionales y decisiones difíciles que definirán el rumbo de su relación.
En resumen, el capítulo 67 de La Promesa promete ser una entrega llena de tensión, manipulación, amenazas y confrontaciones. Catalina enfrenta la amenaza más directa hacia su familia; Martina descubre la traición de su prometido y estalla de ira; Leocadia y Ballesteros mueven piezas en la sombra; Lorenzo ejerce presión sobre Ángela y su madre; Santos consolida su poder en el servicio; y Manuel se concentra en un futuro esperanzador para los Luján. Cada trama se entrelaza, creando un episodio donde los secretos, las ambiciones y las emociones alcanzan su máxima expresión.
Este avance nos recuerda que en La Promesa, la calma es solo aparente y que cada decisión puede tener consecuencias devastadoras. Las alianzas, las traiciones y los desafíos personales continuarán marcando el destino de los personajes, mientras los espectadores seguimos al borde del asiento, ansiosos por descubrir cómo se resolverán estas intrigas y qué camino tomarán Catalina, Martina, Lorenzo, Santos, Manuel y el resto de la familia Luján en esta intensa semana de emociones.