LA PROMESA Miércoles 10 de Septiembre a las 18:15 h Previa del episodio 672 || TVE Series

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Mañana en La Promesa la tensión alcanzará un punto de no retorno. Si pensábamos que lo sucedido con Catalina y aquel famoso episodio del estiércol iba a ser lo más sonado de la temporada, estábamos muy equivocados. Lo que está a punto de ocurrir no solo dividirá a nobles y jornaleros, sino que desatará un incendio literal y simbólico que marcará un antes y un después en la historia de la serie. El capítulo 672, que se emitirá este miércoles 10 de septiembre, traerá giros inesperados, alianzas fracturadas y verdades imposibles de callar. Y entre todo ese caos, la reaparición de Ángela dará un vuelco a la situación, pues regresa débil y desorientada, cargando con un secreto que puede dinamitar los cimientos de la familia.

Todo comenzará con una escena aparentemente sencilla: una charla entre primas. Martina encara a Catalina con indignación y asombro, incapaz de creer que ella fuera la responsable de lanzar estiércol contra la residencia del varón. Catalina, lejos de disculparse, se lo toma a broma, minimiza lo sucedido y hasta se permite añadir un toque de humor. Sin embargo, mientras Catalina ríe, Adriano, su esposo, no encuentra nada de gracioso en la situación. Él sabe que las acciones de su mujer han desatado una chispa muy peligrosa. Porque lo que en La Promesa puede parecer una simple travesura, en los alrededores ha prendido la mecha de una auténtica rebelión.

Avance de 'La Promesa' del miércoles 10 de septiembre

En otras fincas, los jornaleros ya no se limitan a gestos simbólicos: han incendiado graneros exigiendo lo mismo que Catalina consiguió para sus trabajadores, salarios dignos y respeto. Y aunque Adriano advierte que su esposa ha encendido el fuego de una revuelta, Catalina no parece arrepentirse. La pregunta flota en el aire: ¿será La Promesa la próxima en arder?

No tardará en aparecer el varón de Valladares, que irrumpe en el palacio como un toro desbocado, dispuesto a declarar la guerra. Los gritos resuenan por los pasillos mientras Martina, desesperada, intenta detenerlo. Busca a Alonso, lo insulta, amenaza y llega incluso a mandar callar a su sobrina con una grosería que deja claro su desprecio. El apodado ya por todos “varón de Moñigales” no viene a negociar. Viene a vengarse. Con esto, el conflicto entre casas nobiliarias se convierte en una guerra abierta.

Pero la mayor sacudida del capítulo no viene de la rebelión ni de las ofensas del varón, sino del regreso de una figura muy esperada: Ángela. Después de días desaparecida, finalmente es hallada en condiciones deplorables. Aparece debilitada, al borde del colapso, sin fuerzas ni para sostenerse en pie. El médico no tarda en confirmar lo evidente: ha estado encerrada, privada de agua y alimento, tratada peor que un animal. La noticia deja a todos impactados, pero lo que resulta más insoportable es escuchar a Lorenzo —el mismo responsable de su encierro— disimular con cinismo y pronunciar una frase hipócrita sobre la vileza humana. Esa ironía despierta en Leocadia una furia contenida; ella comprende de golpe el precio de su pacto con ese hombre.

Mientras arriba estallan las tensiones entre nobles, en los dominios del servicio tampoco hay calma. Petra, aún resentida tras su caída en los jardines, exige represalias. Según ella, los jardineros fueron negligentes al dejar herramientas tiradas y eso provocó su accidente. El mayordomo Cristóbal Vallesteros, fiel a su carácter frío y calculador, escucha sin inmutarse. Ella amenaza con tomar cartas en el asunto, pero él se mantiene impasible, consolidando su poder frente a la mujer que nunca había encontrado un rival digno. La batalla de voluntades entre ambos se recrudece.

Al mismo tiempo, Ricardo, cada vez más humillado, intenta plantar cara al mayordomo y reclamar un trato digno. Pero Vallesteros lo fulmina con una sola sentencia: “Usted puede marcharse cuando quiera”. Esa frase suena como una condena al destierro, un recordatorio cruel de que carece de poder y que su permanencia depende de la sumisión. Para colmo, su hijo Santo disfruta del dolor de su padre, celebrando cada humillación como si fuera un triunfo personal. El distanciamiento entre ambos crece, y Santo, buscando afianzar su propio lugar, se acerca peligrosamente al mayordomo, dejando a Ricardo cada vez más solo.

En contraste con tanta tensión, un rayo de luz aparece en la cocina. Simona sonríe con la dicha de una madre que, tras años de sufrimiento, por fin recupera a su hijo Toño. La reconciliación entre ambos emociona a todos, especialmente a Enora, que comparte la alegría de su amiga. Sin embargo, para Vera la situación despierta sentimientos encontrados. Aunque se alegra por Simona, no puede evitar compararse: ella también tiene familia, también sufre carencias afectivas, pero a diferencia de Simona, nadie viene a buscarla. Ese vacío la consume y se lo confiesa a su amiga, preguntándose por qué a ella no le toca la misma suerte.

Pero la calma dura poco. Manuel, con Enora y Toño a su lado, se embarca en un nuevo proyecto empresarial. Su idea es noble: actuar con principios y devolver lo que no les pertenece. Enora sugiere quedarse con los cálculos del motor diseñado, pero Manuel se niega. Considera que, al haber sido comprados por Pedro Farré y doña Leocadia, deben ser devueltos. Es un gesto de honradez que lo pinta como un hombre de alma limpia, aunque esa rectitud lo deje sin opciones. La reacción de Alonso no se hace esperar. Furioso, lanza un ultimátum a su hijo: si no se retracta con doña Leocadia y no retoma su compromiso, perderá absolutamente todo. No hay margen de discusión.

Avance del capítulo 180 de 'La Promesa' (La 1 de TVE) del miércoles, 6 de  septiembre

De este modo, lo que empezó como un conflicto entre nobles y jornaleros se transforma en una guerra íntima, donde cada familia y cada personaje se enfrenta a sus propios demonios. Manuel se ve atrapado entre sus ideales y las exigencias de su padre. Leocadia, desgarrada, debe decidir si rompe definitivamente con Lorenzo ahora que Ángela ha vuelto para desenmascararlo. Y Catalina, con su rebeldía, ha encendido una hoguera que amenaza con devorarlo todo.

El capítulo promete emociones intensas: venganzas, secretos revelados y luchas de poder en todos los niveles, desde los salones de la nobleza hasta las cocinas del servicio. Cada personaje se enfrenta a una encrucijada que marcará su destino. Y lo más impactante de todo: la guerra ya no es solo social o política. Se ha vuelto personal.

Muy pronto sabremos hasta dónde están dispuestos a llegar los Luján, qué represalias prepara el varón de Valladares y cuál será el papel de Ángela en esta trama que apenas empieza a mostrar su verdadera magnitud. No te lo pierdas, porque La Promesa está a punto de incendiarlo todo.