Bienvenidos a este nuevo vídeo de avance de ‘La Promesa’ del martes 14 de octubre de 2025

El episodio que se avecina promete estar cargado de tensión, secretos y emociones al límite, especialmente para Ángela, cuya vida parece estar en un constante vaivén entre la intriga y la incertidumbre. En esta entrega, los eventos se entrelazan de manera inesperada, desatando conflictos y revelaciones que dejarán a todos los personajes en una situación precaria.

La intriga se intensifica cuando Enora, quien hasta ahora había logrado mantener sus verdaderas intenciones ocultas, ve cómo su engaño comienza a salir a la luz. Su mentira respecto a la llamada que recibió genera inmediatamente sospechas en Toño y Manuel, quienes no pueden evitar sentir que algo no cuadra. La tensión entre ellos crece con cada instante, y la presión de descubrir la verdad amenaza con desbordar la paciencia de todos. El ambiente se vuelve casi insoportable, con miradas sospechosas, silencios prolongados y palabras que duelen más que los gritos.

Mientras tanto, en el servicio, la salud de Petra sigue siendo un tema de gran preocupación. Cada minuto que pasa sin noticias claras sobre su evolución genera ansiedad en todos los que la rodean. El personal del servicio se mantiene alerta, observando cada señal, cada gesto, y cada cambio en su estado, como si de un hilo de vida dependiera el destino de todos. Sin embargo, hay un contraste notable en la reacción de Santos, quien permanece impasible ante la gravedad de la situación. Su actitud fría y distante provoca desconcierto en quienes lo rodean, especialmente porque parece ignorar el vínculo que alguna vez lo unió a Petra y al resto de la familia. Este comportamiento genera un ambiente de tensión silenciosa, donde la incertidumbre se mezcla con la incomprensión.

En medio de este clima de preocupación, aparece Vera, poniendo fin a su misteriosa ausencia. Sin embargo, su retorno no trae alivio, sino más preguntas. Su negativa a revelar dónde estuvo y qué sucedió durante su tiempo fuera del palacio desconcierta a todos, y su frialdad resulta especialmente inquietante para Teresa y López. La intriga en torno a Vera se intensifica, y su comportamiento genera rumores y especulaciones que podrían tener consecuencias inesperadas. El silencio puede ser tan revelador como las palabras, y en este caso, su falta de explicaciones aumenta el suspenso de la trama.

A pesar de las dificultades, Petra logra sobrevivir a la noche, y aunque su estado sigue siendo delicado, se observa una ligera mejoría. Este pequeño avance llena de esperanza a quienes la cuidan, quienes comienzan a confiar en la posibilidad de que su recuperación sea completa. La sensación de alivio es palpable, pero también efímera, ya que la telenovela nunca permite que la tranquilidad dure demasiado. Cada mejoría se siente como un respiro breve en medio de un torbellino de emociones.

Mientras Petra encuentra un rayo de esperanza, Adriano se mantiene sumido en la tristeza. Ni Martina ni Alonso logran animarlo, y su melancolía se convierte en un reflejo de la fragilidad emocional que atraviesan los personajes en este episodio. La desesperanza de Adriano contrasta con la mejoría de Petra, mostrando cómo la vida en el palacio oscila constantemente entre la esperanza y la desesperación.

Pero los conflictos no se limitan al plano personal. Jacobo, con el apoyo de Leocadia, comienza a revertir las reformas que Catalina había impulsado, lo que provoca una gran indignación en Martina. La situación se complica aún más cuando Martina exige que su cuñado no se entere de lo que está ocurriendo, temiendo que la información pueda desencadenar consecuencias irreversibles. La tensión política y familiar se entrelaza, demostrando que cada decisión tomada en el palacio puede tener efectos dramáticos y permanentes.

Por su parte, Lorenzo intenta resistirse y busca acompañar a Ángela en un momento importante: la recepción del nuevo huésped que llega al palacio. Sin embargo, Ángela, consciente de lo que está en juego, logra impedir que Lorenzo lo haga, dejando claro que su determinación y su instinto de proteger a los suyos prevalecen sobre cualquier intento de intervención.