LA PROMESA Jueves 11 de Septiembre a las 18:15 h Previa del episodio 673 || TVE Series
Hola, soy tu Gustav. Aquí me tienes con el mejor spoiler de La Promesa
El regreso de Ángela hizo pensar a muchos que el peligro había terminado, pero nada más lejos de la realidad. En La Promesa las tensiones siguen creciendo, las heridas permanecen abiertas y lo más inquietante no es lo que se dice, sino lo que todavía se calla. Este jueves 11 de septiembre, en el capítulo 672, la intriga alcanza un nuevo nivel: las relaciones personales se tambalean, la prensa apunta a los Luján y alguien muy poderoso mueve los hilos en busca de venganza.
Alonso y su obsesión con Leocadia
El marqués Alonso de Luján no se rinde. Está convencido de que aún es posible reconciliar a su hijo Manuel con Leocadia. Cree que el vínculo entre ellos no debe romperse ahora, justo cuando la mujer atraviesa una situación crítica tras lo ocurrido con su hija. Pero lo que Alonso no quiere ver es que Manuel ya no es un niño influenciable. Su decisión de cortar la relación está tomada y nada ni nadie lo hará retroceder. La gran incógnita es hasta dónde estará dispuesto a llegar Alonso para obligar a su hijo a cumplir con su visión de la familia.

Martina y la trampa de la Milagrosa
La invitación del patronato de la Milagrosa sigue siendo un tema candente. Para Lorenzo De la Mata, rechazarla sería una ofensa imperdonable; para su prometido San Jacobo, la ocasión ideal para que Martina se distraiga y actúe como la dama obediente que él desea. Sin embargo, Martina percibe algo turbio. Siente que esa invitación no es un honor, sino una trampa destinada a apartarla de los asuntos de la finca de los Luján. Lo comenta con su primo Manuel y le confiesa que alguien pretende mantenerla ocupada con mantillas y misas, mientras la apartan del verdadero poder. La pregunta es clara: ¿quién quiere sacarla del tablero sin que nadie lo note?
Catalina bajo la lupa
Mientras tanto, la prensa estalla con una noticia que golpea directamente a la señorita Catalina de Luján. La señalan como responsable de las revueltas campesinas que incendiaron los graneros de la región. La tensión con Martina no tarda en resurgir. Esta última la enfrenta y le reprocha con dureza que, si convocó a una banda de exaltados en el portón del Barón de Moñigales, no puede ahora desentenderse de las consecuencias. Catalina, serena y hasta con una sonrisa irónica, escucha mientras Martina arde de indignación. La fractura entre ambas primas, que parecía cerrada, amenaza con reabrirse con más fuerza que nunca.
El misterio del secuestro de Ángela
Otro frente de tensión es el secuestro de Ángela. En el palacio pocos saben la verdad, y la única que conoce la identidad de los culpables es Leocadia. En una escena íntima entre madre e hija, Leocadia interroga a Ángela con suavidad pero insistencia. Quiere saber qué escuchó, si vio algo, si pudo identificar a alguien. La muchacha, aún traumatizada, confiesa que oyó voces hablando de cumplir órdenes de un “superior”. Aunque no menciona ningún nombre, Leocadia sospecha que detrás podría estar el capitán De la Mata, el temido “garrapata”. Con el corazón encogido, intenta arrancar más detalles a su hija, pero por ahora el misterio permanece: el enemigo se oculta en las sombras, convertido en una amenaza invisible.
López y la rebelión de Vera
En la zona de servicio, el drama también arde. López, con su actitud cariñosa y paternal, vuelve a acercarse a Vera para darle consejos y apoyo. Pero esta vez la joven explota. Harta de sentirse controlada, le responde con rabia: está cansada de que los hombres le digan lo que debe o no debe hacer. Lo acusa de asfixiarla y le deja claro que no quiere más sermones. Este estallido marca un punto de inflexión: ¿será este el final definitivo de la relación entre Vera y López, o solo una advertencia de que necesita espacio?
Santos, el sabueso implacable
Por otro lado, Santos sigue en su papel de investigador implacable. Husmea aquí y allá, intentando recomponer lo sucedido en la fatídica verbena en la que María Fernández bebió más de la cuenta. Con preguntas punzantes, trata de hacerla caer en contradicciones para descubrir con quién estuvo y qué hizo esa noche. Su objetivo es claro: obtener la información suficiente para delatarla ante Cristóbal Ballesteros y provocar un castigo ejemplar. Santos disfruta sacando a la luz lo que otros desean mantener en secreto, y María es ahora su presa favorita.
Pía y el pequeño Dieguito
En medio de tanto conflicto, Pía encuentra un pequeño respiro con la llegada de su hijo Dieguito al palacio. Con el permiso previo de Alonso y Martina, parecía que todo estaba arreglado para que el niño pudiera quedarse allí. Incluso el marqués le aseguró que esa era también su casa. Pero la tranquilidad dura poco. Ballesteros, fiel a su carácter autoritario, aparece para reprenderla con dureza. Afirma que ese es un lugar de trabajo y que no se pueden traer niños. Ignora que la decisión ya estaba avalada por los señores. Una vez más, el mayordomo pretende imponer su autoridad por encima incluso del propio marqués, generando un clima de humillación y conflicto.
Leocadia y Ballesteros: una alianza peligrosa
El capítulo culmina con una escena escalofriante. Leocadia se reúne en secreto con su amante, Cristóbal Ballesteros. En un ambiente cargado de tensión, él le pregunta si piensa intervenir directamente en los asuntos pendientes. Ella, con su rostro implacable y una calma perturbadora, responde que nunca olvida las humillaciones y que ese “niñato” pagará por lo que ha hecho. El enigma queda abierto: ¿se refiere al capitán De la Mata o a Curro? El término usado parece apuntar a Curro, pero los guionistas juegan con la ambigüedad para mantenernos en vilo.
Un ambiente envenenado
El avance del capítulo 672 muestra que en La Promesa nada es lo que parece. Las sonrisas esconden reproches, los silencios pesan más que las palabras y cada gesto encierra un cálculo estratégico. Alonso insiste en reconciliaciones imposibles, Martina presiente trampas, Catalina es acusada públicamente, Ángela recuerda frases que la persiguen, Vera rompe cadenas, Santos acecha como un depredador, Pía se enfrenta al abuso de poder del mayordomo y Leocadia prepara un contraataque que puede cambiarlo todo.
El ambiente está cargado de electricidad. Las heridas no cicatrizan, los resentimientos crecen y el futuro del palacio se tambalea. Entre intrigas familiares, luchas de poder y venganzas personales, La Promesa demuestra una vez más que cada capítulo puede cambiarlo todo. Lo único seguro es que el jueves 11 de septiembre nos espera un episodio explosivo, donde las lealtades se pondrán a prueba y nadie estará a salvo de las consecuencias.