‘La Promesa’ capítulo 670 (5 de septiembre): ¿Leocadia mató a Jana?

La Promesa: Acorralada por Lorenzo, Leocadia revive el asesinato de Jana

En el majestuoso palacio de La Promesa, las tensiones alcanzan niveles insostenibles. Este viernes, la verdad sobre la muerte de Jana amenaza con salir a la luz, y no es el único secreto capaz de sacudir los cimientos de la familia Luján. Manuel toma una decisión que cambiará su vida y la de los suyos para siempre, mientras la desesperada búsqueda de Ángela por parte de Curro lo pone en un enfrentamiento inevitable con Lorenzo. Paralelamente, Catalina celebra una victoria decisiva frente al barón de Valladares, ignorando que su triunfo podría tener consecuencias imprevisibles. Pero es el chantaje cruel de Lorenzo hacia Leocadia lo que eleva la tensión al límite, obligando a la señora de Figueroa a enfrentar recuerdos reprimidos que podrían desvelar la verdad sobre aquella fatídica noche en que Jana murió.

La jornada comienza con una sacudida silenciosa para los Luján. Manuel, el heredero, convoca a sus padres y a su hermana en el despacho de Alonso, mostrando un semblante que combina melancolía y determinación. Cruz, la marquesa, observa con orgullo maternal e impaciencia, mientras Alonso mantiene su mirada cansada pero alerta. Catalina, directa y pragmática, espera el motivo de la solemne convocatoria. Con voz firme, Manuel anuncia su decisión: renunciar a su cargo en la empresa familiar. El impacto es inmediato. La sonrisa de Cruz desaparece, Alonso frunce el ceño y Catalina no puede ocultar su asombro.

TVE anuncia la peor noticia para los seguidores de 'La Promesa' con la  cancelación del capítulo del 6 de enero

“¿Renunciar? ¿Te has vuelto loco?” pregunta Cruz, incrédula. Manuel explica que ha seguido las expectativas familiares durante años, pero que ya no puede más; desea vivir su propia vida y perseguir su pasión por la aviación. Su determinación es absoluta: no busca aprobación, solo comunica su decisión irrevocable. La discusión es intensa, un torbellino de reproches y súplicas, pero Manuel se mantiene firme. Cuando sale del despacho, deja atrás a unos padres atónitos y a una hermana que, en secreto, lo admira. Por primera vez, siente el dulce sabor de la libertad, mientras su gesto marca un antes y un después en la dinastía Luján.

Mientras tanto, Curro vive su propia tormenta. La desaparición de Ángela lo consume, llevándolo a recorrer cada rincón de la finca, a interrogar a jornaleros y sirvientes, solo para encontrar silencio y miradas compasivas. Su instinto le indica que Lorenzo está detrás de todo. Lo confronta en los jardines, donde Lorenzo, impasible, actúa como si nada ocurriera. Curro lo acusa, pero Lorenzo niega responsabilidad con frialdad y mentiras calculadas, disfrutando del sufrimiento del joven. La convicción de Curro es firme, aunque carece de pruebas; su determinación por descubrir la verdad lo mantiene al borde de la desesperación.

En un rincón más apacible del palacio, Vera y Lope reconstruyen el puente roto entre ellos. La revelación de la nobleza de Vera fue un shock, pero el amor verdadero se muestra como un arquitecto inflexible, capaz de superar abismos sociales. Se reencuentran en la galería que da a los jardines, compartiendo un momento íntimo de reconciliación, aunque la sombra de los padres de Vera, que podrían exigirle regresar a su rol social, amenaza su felicidad recién recuperada.

El servicio de La Promesa también enfrenta tensiones. Pía y Ricardo viven un calvario impuesto por Cristóbal, el nuevo mayordomo tiránico. Su amor, descubierto, es castigado: uno de los dos debe abandonar el palacio. Ricardo es degradado y humillado por Santos, un lacayo despiadado que convierte cada tarea en un tormento psicológico. Pía observa impotente, sabiendo que el futuro que soñaban juntos se desmorona. La humillación y la impotencia pesan sobre ellos, reflejo de un sistema cruel que aplasta cualquier vestigio de justicia o felicidad.

En la cocina, la tensión se vuelve personal. La relación entre Simona y Candela se ha resquebrajado por secretos del pasado, especialmente relacionados con Toño, el hijo de Simona. Candela decide revelar la verdad a Toño, incluyendo la complicada vida de Simona, los errores que ambas cometieron y el papel que ella misma desempeñó. Toño pasa de la incredulidad a la comprensión, mientras Simona entra y enfrenta la realidad de sus secretos. La tormenta de reproches y lágrimas abre una puerta para la reconciliación, dejando la posibilidad de reconstruir los lazos rotos.

El amor imposible de María Fernández también se intensifica. Consumida por su pasión por Samuel, el sacerdote, María no logra ocultar sus sentimientos. Tras una fiesta entre el servicio, se derrumba en la lavandería, incapaz de soportar más la carga de su corazón. Jana la encuentra y, con paciencia, recibe su confesión: un amor prohibido que la está destruyendo. Las lágrimas y sollozos muestran la intensidad de un sentimiento que desafía las reglas, un fuego que quema por dentro sin que haya consuelo posible.

Mientras tanto, Catalina logra una resonante victoria sobre el barón de Valladares. Con el respaldo de sus trabajadores, demuestra la eficiencia y justicia de su gestión, humillando públicamente al arrogante noble. Pero su triunfo, aunque dulce, es consciente de que podría traer represalias; la guerra por la dignidad y la justicia en La Promesa no ha hecho más que comenzar.

Avance del capítulo de 'La Promesa' del lunes, 8 de septiembre: ¿mató  Leocadia a Jana?

Y finalmente, el clímax del capítulo gira en torno a Leocadia Figueroa. Lorenzo, tras enfrentarse a Curro, acorrala a la señora de Figueroa en la biblioteca. Con voz seductora y amenazas veladas, la obliga a aceptar su chantaje: casarse con él para recuperar a su hija Ángela. La repulsión y el terror se mezclan, pero el amor maternal y el miedo por la vida de su hija la obligan a ceder. Sin embargo, Lorenzo no se detiene: también la confronta con la muerte de Jana, insinuando que Leocadia es la responsable.

Los recuerdos reprimidos comienzan a emerger como fragmentos de un espejo roto: una noche de lluvia, discusiones, empujones, el golpe de una cabeza contra el borde de piedra, el hilo de sangre sobre el mármol. La memoria retorna de manera fragmentada y caótica, llevándola a revivir los momentos de horror y confusión. Leocadia cae de rodillas, temblando y gritando, atrapada en la angustia y el miedo, mientras la posibilidad de que haya sido ella misma quien acabó con Jana amenaza con destruirla por completo.

El capítulo culmina con la certeza de que el secreto mejor guardado de La Promesa está a punto de ser revelado. La vida de todos los personajes está entrelazada por pasiones, odios y secretos, y la revelación de la verdad sobre la muerte de Jana promete dejar cicatrices profundas e imborrables en cada rincón del palacio. La tensión es máxima, y la pregunta que todos se hacen resuena con fuerza: ¿fue Leocadia la asesina, o hay algo más oculto bajo la superficie?