LA PROMESA – Antes de morir, Lorenzo revela un terrible secreto que llevará a Leocadia a la cárcel
Y en los próximos capítulos de la serie La Promesa, Curro cumplirá el encargo de Leocadia y se enfrentará a Lorenzo con un plan que cambiará el rumbo de la historia.
La tensión alcanzará su punto máximo cuando Leocadia, aliviada por la idea de deshacerse del obstáculo que representaba Lorenzo, crea que todo su poder y control sobre Ángela están asegurados. Sin embargo, la vida siempre tiene giros inesperados, y antes de morir, Lorenzo dejará una carta secreta que revelará un impactante secreto: la culpabilidad de Leocadia en múltiples tragedias, lo que la conducirá directamente a prisión y provocará un giro dramático en la serie.
El episodio comenzará en una tarde sofocante, cuando Curro recorra los pasillos de la Promesa con el rostro sombrío y los puños apretados. Las palabras de Leocadia resonarán en su mente como un eco persistente, recordándole la cita que le había pedido, discreta y en secreto, en su habitación. Al llegar, encontrará a la mujer sentada al borde de la cama, su cabello recogido y su mirada fría, como siempre. “Cierra la puerta”, le indicará sin levantarse, y Curro obedecerá, aun sin comprender del todo el motivo de la llamada.
Leocadia comenzará a hablar con una calma que suena sospechosa, explicándole a Curro que la vida exige decisiones difíciles y que ha llegado el momento de que él tome la suya. Curro, desconfiado, admitirá que no está seguro de tener el valor para lo que ella le está pidiendo. Leocadia se acercará lentamente, insistiendo en que solo debe corregir un error que nunca debió suceder: el matrimonio de Lorenzo con Ángela. Describirá a Lorenzo como un hombre peligroso y ambicioso, alguien capaz de destruir las posibilidades de ascenso y bienestar de todos si no se detiene a tiempo.
Curro, atónito y dividido, fruncirá el ceño. Leocadia, fría y manipuladora, insistirá en que Ángela necesita que él actúe, sugiriéndole que esta es la oportunidad para convertirse en el hombre que nació para ser. El joven, sin embargo, se resistirá: no está dispuesto a mancharse las manos ni convertirse en asesino, consciente de la línea moral que no quiere cruzar. Leocadia, entonces, apela al resentimiento de Curro, recordándole los desprecios y humillaciones de Lorenzo, el constante rechazo por su origen y la crueldad con que fue tratado. Su discurso mezcla manipulación con una especie de “lógica perversa”, presentándole la acción como la única salida a un destino injusto.
A pesar de la presión, Curro saldrá de la habitación sin responder, con el corazón latiendo desbocado, atrapado entre la ética y la venganza. Los días siguientes serán pesados y tormentosos: intentará concentrarse en su trabajo junto a Manuel en los establos, evitando cualquier contacto con Leocadia o Lorenzo, pero la voz de la mujer y la imagen del arma que le ofreció lo atormentarán noche y día. Soñará con su padre rechazándolo, con Lorenzo burlándose de él, con la palabra “bastardo” resonando como un látigo. Sin embargo, resistirá, prometiéndose que no caerá en el juego de Leocadia.
Con la boda acercándose, la impaciencia de Leocadia se hará evidente. En una mañana nublada, volverá a llamarlo, decidida a no esperar más. Curro se negará nuevamente, pero la villana, firme y decidida, mostrará un pequeño revólver plateado como “herramienta” para resolver todos los problemas y asegurarle un futuro de nobleza, respeto y poder. Leocadia argumentará que la moral es un lujo de los poderosos y que él puede aprovechar la oportunidad para cambiar su destino. Aun así, Curro, fiel a su conciencia, rechazará la oferta, prometiendo reflexionar antes de tomar cualquier decisión definitiva.
Durante horas, Curro caminará por los jardines, debatiéndose entre la lealtad, la justicia y la venganza. La idea de actuar contra Lorenzo y proteger a Ángela lo atormentará, pero también será consciente de que ceder al plan de Leocadia lo convertiría en alguien que jamás perdonaría. Finalmente, su mente encontrará un camino audaz y peligroso: usar la ambición y maldad de los antagonistas en su contra, dejando que se enfrenten entre ellos, en lugar de mancharse directamente las manos.
Al día siguiente, Lorenzo se encontrará en su despacho revisando los documentos de la boda con Ángela cuando Curro aparezca, decidido a advertirle. Inicialmente, Lorenzo lo recibe con desprecio, burlándose de su posición de sirviente, pero la seriedad de Curro al comunicar la amenaza y la intención de Leocadia despierta en él respeto y precaución. Comprenderá que la mujer cree controlar a todos, pero subestima el ingenio y la determinación de Curro, quien le advierte que ella es más peligrosa de lo que aparenta. Lorenzo, confiado y calculador, responderá que él también es más peligroso de lo que Leocadia imagina, estableciendo un juego de tensiones y estrategias que anticipa el enfrentamiento final.
Esa misma tarde, Leocadia supervisará los preparativos de la boda cuando Lorenzo aparecerá inesperadamente. La confrontación será inmediata: ella intentará mantener su compostura, pero la seguridad de haber manipulado a Curro será puesta en duda cuando él le haya contado todo al conde. Lorenzo, consciente de la traición y del plan de asesinato que Leocadia intentó, se enfrentará a ella con determinación, exigiendo claridad sobre sus intenciones y mostrando que no tolerará engaños. En un intercambio tenso, Leocadia intentará justificarse, sacando el revólver que había ofrecido a Curro, pero Lorenzo demostrará su astucia y valor, dejando claro que la villana está al borde del colapso.
El desenlace llega con el disparo que termina con Lorenzo, un momento que llena la serie de tensión y terror. Leocadia, temerosa y jadeante, tratará de limpiar la evidencia, pero será demasiado tarde: horas después, Curro y Manuel encontrarán el cuerpo, junto a una carta que revela la verdad sobre la culpabilidad de Leocadia en todos los crímenes que han marcado la Promesa. Esta carta será la clave para la justi