¡El plan desesperado de Cruz fracasa! Jana y Manuel se casan | SPOILERS DE LA PROMESA

Manuel anuncia boda relámpago con Ana y Cruz desata su última ofensiva

La tensión en La Promesa alcanza un punto sin retorno cuando Manuel decide anunciar públicamente su boda con Ana, decidido a sellar su amor sin más retrasos. Esta determinación descoloca a doña Cruz, quien, incapaz de aceptar la unión, se lanza en una carrera desesperada para impedir el enlace. La marchesa, acostumbrada a tenerlo todo bajo control, siente que el terreno se le escapa de las manos y recurre a nuevas artimañas para detener la ceremonia. Su plan incluye imponer a Lorenzo como acompañante de Ana al altar y hasta intentar frenar al sacerdote, convencida de que así conseguirá sabotear el día más esperado por los enamorados. Sin embargo, lo que Cruz no prevé es que las piezas comienzan a moverse en su contra: Leocadia desmonta con calma sus mentiras, mientras Catalina medita escapar del palacio y Martina corre el riesgo de no llegar a tiempo para presenciar el enlace.

En paralelo, Simona y Candela, llenas de entusiasmo, fantasean con poder asistir a la boda, aunque su rutina en las cocinas no se lo pone nada fácil. Y mientras en las sombras Vera y Teresa descubren un pasadizo secreto oculto en las habitaciones de la marchesa, el aire se carga de misterio: ¿qué más guarda Cruz tras esas paredes?

Así ha sido la emocionante boda de Manuel y Jana en 'La promesa' tras dos  años de romance - FormulaTV

Desde el momento en que Manuel comunica su decisión de casarse cuanto antes, la reacción de Cruz es inmediata: no está dispuesta a quedarse de brazos cruzados. Todos en el palacio ya saben de sus intrigas y manipulaciones, pero la marchesa se aferra a su obsesión de separar a la pareja. Ana y Manuel, conscientes de ello, creen que la única forma de proteger su amor es adelantar la boda y evitar que su madre tenga tiempo de tejer más trampas. Sin embargo, Cruz contraataca en el último instante y establece condiciones humillantes: obliga a que Lorenzo acompañe a la novia al altar y, además, insiste en que Ana vista un traje de boda distinto al que Manuel había escogido con tanto cariño. La herida en el corazón de Ana es profunda; ese día que debería estar lleno de alegría se transforma en un campo de batalla contra la mujer que jamás la aceptará.

Al mismo tiempo, María Fernández y el padre Samuel atraviesan su propio dilema. Tras el beso que los unió, el sacerdote ha evitado a la joven, luchando contra sentimientos que chocan con sus votos. Pero la tensión entre ambos no puede sostenerse más: llega el momento de una conversación sincera que podría cambiar para siempre la naturaleza de su relación.

En la servidumbre, Simona y Candela reviven recuerdos de cuando se frustró la boda de Catalina y sueñan con no perderse esta nueva oportunidad. Mientras tanto, la propia Catalina se sumerge en la duda: la sombra de Cruz y el clima enrarecido la hacen plantearse abandonar La Promesa para criar a su hijo en un lugar más seguro. Finalmente toma una decisión firme: marcharse tras la ceremonia de su hermano, harta de los juicios familiares y decidida a no ser un peso para nadie. En un inesperado gesto, Leocadia se acerca a ella con empatía, confesándole que también fue madre soltera en el pasado y brindándole apoyo en su elección.

Leocadia, de hecho, se convierte en una pieza clave en este tablero. A pesar de aparentar colaboración con la marchesa, deja entrever que sabe demasiado. Frente a Ana le asegura que las historias contadas por Cruz sobre su pasado son puras falsedades, y frente a la propia Cruz deja caer insinuaciones que suenan a amenaza velada. La seguridad de la marchesa se tambalea: nunca antes alguien la había enfrentado con tanta calma y astucia.

En medio de este torbellino, Curro logra hablar con Martina por teléfono, pero la noticia lo golpea con fuerza: ella está en Santander con Piluca y será casi imposible que llegue a tiempo para la boda. Manuel, ya exhausto de tantas presiones, se hunde aún más al saberlo y confiesa a su primo que, si pudiera, huiría lejos con Ana para empezar de cero. Curro lo alienta a escuchar a su corazón y liberarse del yugo de su madre.

La víspera del matrimonio, la tristeza golpea a los novios cuando reciben un telegrama que confirma que Martina no podrá asistir. Como si fuera poco, Curro revela a Manuel que ella conoce el secreto de su verdadera relación de parentesco, generando aún más angustia. Esa noche, primo y hermano comparten recuerdos del pasado, evocando a Tomás, a los familiares ausentes y a las pérdidas que todavía pesan en sus corazones.

Mientras Manuel se sume en la melancolía, Ana revive con María Fernández recuerdos entrañables de sus primeras aventuras, incluso aquella huida en avión hasta la playa. Entre nostalgias y sonrisas, también brotan memorias de dolor como la partida de Manuel y Curro a la guerra.

Llega el gran día y la tensión se palpa en cada rincón. Manuel, nervioso, recibe palabras de aliento de su padre Alonso, que aunque nunca imaginó a Ana como nuera, reconoce la valentía de su hijo al seguir al corazón. En la habitación de la novia, Teresa, Vera y Catalina ayudan a Ana a vestirse, dándole muestras de cariño. Sin embargo, ella no logra disimular su incomodidad con el vestido impuesto por Cruz.

Todo parece perdido cuando Petra logra encerrar al sacerdote Samuel para impedirle llegar a la iglesia. Cruz cree que ha ganado, pero el destino da un vuelco: Samuel logra forzar la puerta y aparece montado en moto, con la casulla puesta y María Fernández de acompañante con el ramo en la mano. La entrada triunfal deja boquiabiertos a todos, y las caras de Cruz y Petra revelan su derrota.

Boda de Jana y Manuel en La Promesa

La ceremonia comienza y Ana avanza hacia el altar tomada del brazo de Lorenzo. Sorprendentemente, la propia Cruz acomoda la cola del vestido, un gesto cargado de cálculo. Durante los votos, Manuel evita pronunciar el verdadero nombre de Ana y ella responde del mismo modo, manteniendo el secreto intacto. Llega el momento decisivo: el sacerdote pregunta si alguien se opone. El silencio se adueña de la iglesia, los ojos se clavan en Cruz, que comprende que ha perdido. Nadie alza la voz. Finalmente, tras dos años de obstáculos y secretos, Manuel y Ana son declarados marido y mujer.

La felicidad de los recién casados contrasta con la amargura de Cruz, que incluso en la salida de la iglesia se acerca a Ana con un falso gesto cordial para susurrarle su odio y recordarle que siempre la verá como una sirvienta. Leocadia, testigo de la escena, se acerca luego para reconfortar a la joven. Mientras tanto, Manuel sorprende a todos con una declaración pública de amor a su esposa, gesto que irrita aún más a la marchesa.

La celebración se traslada a la intimidad de la pareja, que por fin puede disfrutar de un momento de calma y consumar su unión en la habitación nupcial. Sin embargo, la guerra con Cruz está lejos de terminar. La marchesa sigue buscando formas de herir, mientras Alonso estalla bajo la presión, descargando su rabia contra Curro y Lorenzo.

Al mismo tiempo, Ricardo se sumerge en la tristeza por la carta de su esposa desaparecida hace 25 años, mientras Pia y Rómulo intentan ayudarlo. Y en las estancias de Cruz, Vera, Teresa, Lope y Marselo descubren finalmente el pasadizo secreto, un hallazgo que abre la puerta a nuevos enigmas.

Así, entre un matrimonio lleno de obstáculos, confesiones a medias, secretos descubiertos y nuevas intrigas que se avecinan, La Promesa sigue escribiendo páginas de amor, dolor y misterio.