DON PEDRO DESCUBRE LA TRAICIÓN DE MARÍA Y ROMPE TODAS LAS ALIANZAS EN SUEÑOS DE LIBERTAD

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En este impactante avance, la tensión llega a un punto sin retorno. Las máscaras caen, los secretos más oscuros se confiesan y los personajes se ven obligados a enfrentarse a verdades que podrían destruirlos para siempre. El episodio inicia con un don Pedro enfurecido, dominado por la ira y con la mano temblorosa al marcar el teléfono. Su furia se dirige hacia María, a quien acusa sin titubeos de traición. La voz de ella, entrecortada y suplicante, intenta defenderse: pide comprensión, pide clemencia. Pero Pedro no escucha razones. La corta con una respuesta helada y despectiva: “¿Por favor? No me vengas con juegos. ¿Quieres que llame a Monseñor y active la nulidad de tu matrimonio?”. María, acorralada, suplica con desesperación que no lo haga, asegurando que él aún puede confiar en ella. Sin embargo, Pedro, sin mostrar compasión, la amenaza con voz gélida: no tiene tiempo para distracciones ni engaños.

La conversación se torna aún más hiriente cuando María, en un intento desesperado por revertir la situación, le pregunta si de verdad piensa dejar el camino libre a Andrés. Le recuerda que él jamás perdonó a Andrés por la muerte de su propio hijo, lanzando esa frase como una daga al corazón. Pedro, implacable, sentencia que está dispuesto a arrasar con todo si es necesario, porque su palabra siempre se cumple. Cuelga de golpe, dejando a María rota por el miedo. Justo entonces aparece Digna, quien es interceptada por Pedro con un veneno en la mirada. Le revela que sus hijos se han aliado con Damián para destituirlo de la empresa. Digna, sin ocultarse, admite que lo sabía. La rabia de Pedro crece y le recrimina con ironía si está feliz con la situación. Ella, con firmeza, replica que cómo podría estar feliz si sigue siendo su prisionera.

Avance del próximo capítulo de Sueños de libertad: Andrés descubre la  alianza entre María y don Pedro

Pedro no se detiene y busca aplastarla, pero Digna, con serenidad, confiesa que fue ella misma quien animó a sus hijos a votar a favor de la moción de censura, aunque sabía que eso podía costarle caro. Prefiere cargar con las consecuencias antes que dejar que sus hijos sufran por sus decisiones. Pedro, herido en su orgullo, la amenaza con revelar un secreto atroz: que fue ella quien causó la muerte del primogénito de Damián. Le advierte que, si lo cuenta, todos —Marta, Andrés, Julia— la despreciarán para siempre. Pero Digna, lejos de dejarse doblegar, lo desafía. Le dice que adelante, que revele la verdad, porque está cansada de cargar con la culpa. Prefiere liberarse antes que seguir siendo su marioneta. Sus palabras suenan como una declaración de independencia frente a un monstruo que la ha controlado durante años.

La tensión crece. Más tarde, incapaz de soportar más, Digna decide enfrentarse al dolor de frente. Una noche, bajo la penumbra de la casa de Damián, se presenta ante él. Su voz tiembla cuando lo saluda, pero pide hablar. Damián, sorprendido, la invita a sentarse. La percibe nerviosa, incapaz de mirarlo a los ojos. Ella respira profundo, consciente de que está a punto de destruir cualquier lazo que quede entre ellos. Damián, pensando que todo se relaciona con las intrigas de Pedro, comenta amargamente que Pedro ha nombrado a Tasio como nuevo director de la empresa. Reconoce que, aunque debería alegrarse por su hijo, sabe que Pedro lo hizo para herirlo. Digna lo escucha y, tras contener el temblor de sus manos, admite que en realidad ha llegado por otra razón: debe contarle algo que guardó demasiado tiempo.

El ambiente se vuelve insoportable. Damián, ansioso, le pide que hable. Ella, con lágrimas en los ojos, confiesa lo impensado: la noche que murió su hijo, ella estuvo presente. Entre sollozos, revela que fue un accidente durante un forcejeo. Explica que intentaba impedir que su hijo se llevara a Julia a París, pues eso habría destrozado a la niña y a la familia. Discutieron, él intentó hacerle daño y en medio del enfrentamiento cayó al suelo y murió. Desesperada, Digna quiso llamar a la Guardia Civil y contar todo, pero Pedro apareció y la convenció de callar. Él se encargó de manipular las pruebas y lo hizo parecer un suicidio, prometiendo protegerla. Sin embargo, lo que en apariencia era protección se convirtió en su condena, pues desde entonces Pedro la ha mantenido encadenada con la amenaza de exponerla.

Avance del capítulo de 'Sueños de libertad' de hoy, viernes 11 julio:  Beltrán visita a Cristina para intentar recuperarla | Series

Las lágrimas corren por su rostro mientras explica que Pedro la utilizó como rehén, obligándola a cargar con la culpa en silencio. Finalmente, exhausta, admite que ya no puede seguir viviendo con ese peso ni con las amenazas. Le suplica a Damián que la entienda. Pero él, destrozado, no puede contener su furia. Sus ojos arden de rabia, su voz se quiebra de dolor. La acusa de haberle ocultado la verdad todos esos años, de confesarlo solo ahora, cuando ya no hay marcha atrás. Le grita que se marche, que no quiere verla más en su casa. Digna, rota, intenta pedir perdón una última vez, pero sus palabras se pierden en el vacío. Sale destrozada, dejando a Damián hundido en una soledad insoportable.

El salón queda en silencio, con Damián desmoronado, la cabeza entre las manos, consciente de que su mundo ha sido sacudido por una verdad irreparable. La confesión de Digna es como un terremoto que amenaza con derrumbar todos los cimientos de su vida. Las preguntas se acumulan: ¿Podrá algún día perdonarla? ¿Usará Pedro este secreto como un arma más para manipular a todos a su favor? ¿Cómo reaccionará Julia cuando se entere de que su abuela es responsable de la muerte de su padre?

El capítulo deja la sensación de que nada volverá a ser como antes. Las cartas están sobre la mesa, las heridas abiertas y el futuro de cada uno de los personajes pende de un hilo. Una certeza queda clara: la verdad, por más dolorosa que sea, ya no puede ser silenciada.