Capítulo 414 de Sueños de libertad; 14 de octubre: Begoña duda si aceptar la propuesta de matrimonio de Gabriel

El aire en la fábrica era pesado, cargado de un silencio inquietante que parecía presagiar un cambio inminente. Andrés se encontraba en su rincón habitual, trabajando en una de las máquinas, pero su mente estaba lejos de la tarea que tenía entre manos. La preocupación lo consumía, y cada golpe de la máquina resonaba en su pecho como un tambor de guerra.

La noticia inesperada

Ese día, Begoña había solicitado hablar con él. La mirada en sus ojos, mezcla de ansiedad y determinación, había encendido una chispa de inquietud en Andrés. “¿Qué estará pasando?” se preguntaba, mientras recordaba las últimas semanas, llenas de tensión y conflictos en la fábrica.

Cuando finalmente se encontraron en un rincón apartado, el mundo a su alrededor parecía desvanecerse. “Andrés,” comenzó Begoña, su voz temblando ligeramente. “Tengo algo importante que decirte.”

Andrés sintió que su corazón se aceleraba. “¿Qué sucede? Pareces preocupada.”

Capítulo 414 de Sueños de libertad; 14 de octubre: Begoña duda si aceptar  la propuesta de matrimonio de Gabriel

Begoña tomó aire, como si cada palabra que iba a pronunciar pesara toneladas. “Estoy embarazada.”

La reacción de Andrés

Las palabras flotaron en el aire, y por un momento, el tiempo se detuvo. Andrés sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. “¿Embarazada?” repitió, apenas logrando procesar la noticia. Su mente se llenó de imágenes: un futuro incierto, la presión de ser padre en un entorno tan hostil.

“Sí,” confirmó Begoña, sus ojos buscando los de Andrés, tratando de leer su reacción. “No sé qué hacer. Estoy asustada.”

Andrés se quedó en silencio, sintiendo cómo una ola de emociones lo ahogaba. La alegría que debería haber sentido se mezclaba con el miedo y la desesperación. “¿Cómo podemos enfrentar esto?” preguntó, su voz apenas un susurro.

La tormenta interna

Mientras Begoña hablaba sobre sus preocupaciones, sobre cómo el embarazo podría cambiarlo todo, Andrés se sentía cada vez más hundido. “No tenemos estabilidad, Begoña. La fábrica está en crisis, y Gabriel no se detendrá ante nada para mantener el control. ¿Cómo vamos a criar a un hijo en este caos?”

Begoña, sintiendo la angustia de Andrés, intentó calmarlo. “Podemos encontrar una manera. Juntos, podemos enfrentar cualquier cosa.”

Pero Andrés no podía evitar pensar en las dificultades que se avecinaban. “¿Y si Gabriel se entera? No solo sería un problema para nosotros, sino para todos los que trabajan aquí.” Su mente estaba llena de escenarios oscuros, y cada uno de ellos lo dejaba más abatido.

La presión de la responsabilidad

A medida que la conversación avanzaba, la realidad de la situación se asentó sobre Andrés como una losa. “Debo protegerte, debo proteger a nuestro hijo,” dijo, sintiendo que la presión de la responsabilidad lo aplastaba. “Pero no sé si soy lo suficientemente fuerte para hacerlo.”

Begoña, con lágrimas en los ojos, se acercó a él. “Andrés, no se trata solo de ti. Se trata de nosotros. Necesitamos apoyarnos mutuamente. No podemos permitir que el miedo nos paralice.”

“¿Y si no puedo hacerlo?” Andrés se sintió vulnerable, expuesto. La idea de ser padre lo aterrorizaba. “He visto cómo Gabriel destruye a las personas. No quiero que nuestro hijo crezca en este entorno.”

La decisión de Begoña

Begoña tomó su mano, apretándola con fuerza. “No podemos dejar que el miedo nos controle. Este bebé es una oportunidad para cambiar las cosas, para luchar por un futuro mejor. Si nos unimos, podemos hacer frente a cualquier adversidad.”

Andrés miró a Begoña, viendo la determinación en sus ojos. A pesar de su propio miedo, algo en su interior comenzó a despertar. “Tienes razón,” dijo, sintiendo que una chispa de esperanza se encendía en su corazón. “Debemos luchar, no solo por nosotros, sino por el futuro de nuestro hijo.”

La lucha interna de Andrés

Sin embargo, a medida que el día avanzaba, la sombra de la incertidumbre seguía acechando a Andrés. En la fábrica, el ambiente era tenso, y las palabras de Begoña resonaban en su mente. “¿Y si no soy lo suficientemente fuerte? ¿Y si todo se desmorona?”

Mientras trabajaba, su mente divagaba entre la angustia y la esperanza. La imagen de Begoña, con su creciente barriga, lo llenaba de una mezcla de emoción y pavor. “¿Qué pasará si Gabriel se inte