Avance del próximo capítulo de Sueños de libertad: una muerte y un herido grave tras la explosión de la sala

punto crítico. La reciente revelación sobre Andrés, el hombre que ha sido su apoyo incondicional y su amor, desata una tormenta de emociones que amenaza con destruir todo lo que ha construido. Este capítulo se adentra en su dolor, su confusión y su lucha por encontrar la verdad en medio del caos.

El impacto de la revelación

La historia comienza en el hogar de Begoña, donde el ambiente es sombrío y lleno de tensión. La noticia sobre Andrés ha llegado como un rayo, dejando a Begoña aturdida. “No puede ser cierto”, murmura mientras repasa en su mente las palabras de su amiga Clara, quien le reveló que Andrés ha estado involucrado en actividades ilícitas. “Siempre ha sido un hombre honorable, ¿por qué haría algo así?”, se pregunta, sintiendo que el suelo se desploma bajo sus pies.

A medida que la realidad se asienta, Begoña se siente atrapada en un torbellino de emociones. La traición, el dolor y la confusión la envuelven. “Debo confrontarlo”, decide, sintiendo que necesita respuestas. Sin embargo, el miedo a lo que podría descubrir la paraliza. “¿Qué pasaría si todo lo que creía sobre él es una mentira?”, reflexiona, mientras las lágrimas comienzan a asomarse a sus ojos.

La confrontación inevitable

Finalmente, Begoña decide que no puede esperar más. Se dirige a la oficina de Andrés, donde lo encuentra concentrado en su trabajo. Al entrar, su corazón late con fuerza. “Andrés, necesitamos hablar”, dice con voz temblorosa. Él levanta la vista, sorprendido por la seriedad de su tono. “Claro, ¿qué sucede?”, pregunta, sin saber que su mundo está a punto de desmoronarse.

Begoña no logra reponerse en 'Sueños de libertad' mientras la verdad sobre  Andrés pone su mundo patas arriba - Revista Mia

Con cada palabra que pronuncia, Begoña siente que su corazón se quiebra un poco más. “He oído cosas, cosas sobre ti que no puedo ignorar. ¿Es cierto que estás involucrado en negocios turbios?”, pregunta, su voz llena de angustia. Andrés, al principio, parece confundido, pero rápidamente su expresión se torna seria. “Begoña, yo…”, comienza a decir, pero ella lo interrumpe.

“No quiero escuchar excusas. Necesito la verdad”, exige, sintiendo que su mundo entero depende de la respuesta que él le dé. La tensión en el aire es palpable, y ambos saben que este momento cambiará sus vidas para siempre.

La verdad dolorosa

Andrés, con la mirada baja, finalmente se rinde. “Es cierto, he estado involucrado en cosas que no son correctas. Pero no era lo que piensas. Todo lo hice para protegerte a ti y a nuestra familia”, confiesa, su voz llena de desesperación. Begoña siente que el aire se le escapa. “¿Protegerme? ¿O protegerte a ti mismo?”, responde, su ira y dolor aflorando.

A medida que Andrés intenta explicar sus acciones, Begoña escucha, pero su mente está en un torbellino. “No puedo creer que hayas estado viviendo una mentira. Todo lo que construimos se basa en engaños”, dice, sintiendo que su confianza se ha desvanecido. La decepción la consume, y las lágrimas caen por su rostro.

Andrés intenta acercarse a ella, pero Begoña se aleja. “No quiero que me toques. Necesito tiempo para procesar esto”, dice, su voz quebrada. La distancia entre ellos se siente insalvable, y el dolor en el corazón de Begoña es abrumador.

La lucha interna de Begoña

Después de la confrontación, Begoña se encuentra sola en su casa, sumida en la confusión. “¿Cómo pude ser tan ciega?”, se reprocha, mientras revisa los momentos que compartieron. Cada risa, cada abrazo, ahora se siente como una traición. La traición de Andrés ha desestabilizado su vida, y se siente perdida.

Los días pasan, y Begoña intenta seguir con su rutina, pero todo le recuerda a él. En el trabajo, sus pensamientos vagan hacia Andrés, preguntándose si realmente era el hombre que ella creía conocer. Las miradas de sus compañeros la incomodan, y el peso de la verdad la abruma. “No puedo seguir así”, se dice a sí misma, sintiendo que la tristeza la consume.

Decide buscar apoyo en Clara, su amiga más cercana. “No sé qué hacer, Clara. Siento que mi vida se ha desmoronado”, confiesa, mientras las lágrimas fluyen. Clara, con empatía, intenta consolarla. “Debes tom