¡La marquesa queda al descubierto y todo cambia! | Avance de La Promesa del 5 al 7 de septiembre

El regreso de Ana y los secretos que sacuden “La Promesa”

El ambiente en La Promesa vuelve a cargarse de tensión cuando una figura conocida cruza de nuevo las puertas del palacio. No es la muchacha insegura que partió tiempo atrás, sino una mujer renovada, más fuerte y decidida. Ana retorna con el rostro en alto y una determinación que impacta a todos, especialmente a Cruz, a quien enfrenta con una mirada firme que deja claro que esta vez nada será como antes. Su regreso no solo revoluciona la vida de Manuel, que siente que por fin vuelve a respirar tras tanta ausencia, sino que también despierta pasiones, temores y nuevos enfrentamientos dentro de la casa.

Para Manuel, reencontrarse con Ana es como recibir un regalo inesperado. La alegría lo desborda, incapaz de ocultar la emoción de verla nuevamente. Promete que no permitirá que nadie la humille ni que los oscuros juegos de intriga de Cruz vuelvan a separarlos. Sus palabras llenan a Ana de coraje. Ella sabe que ya no puede dejarse manipular y regresa con la determinación de defender su amor y su dignidad.

Sin embargo, Cruz no tarda en reaccionar. La marchesa, herida en su orgullo, no soporta ver a Ana de nuevo en el palacio y, mucho menos, que los criados celebren su regreso con afecto sincero. Como contraataque, dicta una prohibición tajante: Ana no podrá frecuentar a la servidumbre ni mantener vínculos con quienes fueron sus compañeros. Su intención es aislarla, minar su espíritu y recordarle quién tiene el poder. Pero Ana ya no es la joven frágil que partió. Aunque el mandato pesa, decide no someterse. Para ella, romper los lazos con los criados sería traicionarse a sí misma, así que desafía las reglas de Cruz con valentía.

La Promesa - Temporada 4 - Episodio 669

Mientras tanto, en otro rincón del palacio, la tensión se cuece a fuego lento entre María Fernández y el padre Samuel. Ese beso prohibido que compartieron ha abierto una herida difícil de cerrar. Samuel lucha con su vocación sacerdotal, pero cada vez le resulta más complicado sofocar la pasión que siente por la joven doncella. Sus encuentros están cargados de miradas y silencios que dicen mucho más que las palabras. La llama que se enciende entre ambos amenaza con consumirlos, poniendo en jaque no solo sus sentimientos, sino también los votos sagrados que atan al sacerdote.

Los problemas no terminan ahí. Petra, con su habitual astucia, aprieta cada vez más el cerco sobre Ricardo. El mayordomo vive atormentado por el secreto de su supuesta esposa fallecida y la gobernanta no duda en usar esa debilidad a su favor. Lo chantajea sin piedad, dejándole claro que, si no revela la verdad por sí mismo a Santos, será ella quien lo haga. Ricardo se siente atrapado en un callejón sin salida, sabiendo que su silencio tiene los días contados.

Por su parte, Catalina ya no puede soportar la presión que recae sobre ella. Su familia insiste en que se case con Pelaio para salvar las apariencias y darle un futuro respetable al hijo que espera. Pero el peso de esa mentira se vuelve insoportable. En un arrebato de valentía y desesperación, confiesa la verdad: Pelaio no es el padre de su hijo. Estas palabras caen como un rayo en el seno de los Luján, sacudiendo los cimientos de la familia y dejando a todos desconcertados. Alonso, incapaz de asimilar la revelación, exige saber quién es el verdadero padre, pero Catalina, rota por dentro, suplica que no la obliguen aún a confesar ese nombre. Manuel, protector como siempre, interviene para calmar los ánimos, consciente de que la tensión puede poner en riesgo la vida de su hermana y la de su bebé.

La reacción de Alonso no se hace esperar. El marchese, ya atormentado por los escándalos que rodean a su familia, estalla en ira y desesperación. Ver cómo su hija se convierte en el centro de un nuevo deshonor lo llena de amargura, mientras Cruz aprovecha la ocasión para proponer una solución escalofriante: provocar un accidente que ponga fin al embarazo y borre así la incómoda pregunta sobre la paternidad del niño. Alonso, horrorizado por la crueldad de su esposa, rechaza tajantemente semejante idea, dejando claro que ese es un límite que nunca cruzará. La brecha entre el matrimonio se ensancha, dejando patente que incluso dentro de su alianza existe un punto de quiebre.

Mientras los señores discuten y planifican, en la servidumbre también se gesta un clima de tensión. María Fernández, decidida y arriesgada, pide ayuda a Teresa para distraer a Petra y aprovechar el momento para irrumpir en su oficina. El plan funciona y la joven doncella descubre un hallazgo clave: un paquete de invitaciones de compromiso cuidadosamente oculto y nunca enviado. Este detalle, aparentemente pequeño, se convierte en una bomba de relojería capaz de desvelar un complot urdido desde las sombras.

Ana, al enterarse, comprende que ya no puede quedarse callada. Con paso firme se presenta ante Alonso y Cruz y coloca las pruebas sobre la mesa. Alonso queda atónito, incapaz de negar la evidencia. Por primera vez, duda de su esposa, mientras el impecable control de Cruz comienza a resquebrajarse. La marcha triunfal con la que siempre se movía empieza a tambalear, pues el engaño ha quedado al descubierto frente al único hombre cuya confianza jamás quiso perder.

La promesa | Episodio 442 - Serie online en RTVE.es

La revelación marca un antes y un después en La Promesa. El regreso de Ana, la confesión de Catalina, los planes oscuros de Cruz y las pasiones prohibidas entre María Fernández y Samuel dibujan un panorama explosivo. A todo ello se suma la sombra de José Juan, cuya violencia pasada sigue pesando sobre Curro y Martina. Tras descubrirse que fue él quien atentó contra la vida de Martina, los jóvenes se sienten inseguros, temiendo que regrese en cualquier momento. Julia, con valentía, promete testificar en su contra si es necesario, poniendo así un punto final a las dudas. José Juan, acorralado, huye, pero el miedo que deja tras de sí sigue anidando en los corazones de quienes lo enfrentaron.

Martina, marcada por la angustia de saber que pudo haber muerto aquel día, se debate entre la necesidad de huir para salvarse y el deseo de recuperar la calma. Curro le propone que se aleje del palacio por un tiempo, mientras Julia la invita a Córdoba a refugiarse junto a su familia. Una decisión dolorosa, pero quizás la única capaz de devolverle la seguridad que necesita.

Con cada secreto revelado, La Promesa se convierte en un tablero donde todos los movimientos son decisivos. La firmeza de Ana frente a Cruz, la vulnerabilidad de Catalina, la lucha de Ricardo contra su pasado, los planes siniestros de la marchesa y las pasiones imposibles de María Fernández y Samuel confluyen en un torbellino de emociones y giros inesperados.

El palacio ya no es solo un escenario de intrigas, sino un campo de batalla donde cada personaje deberá elegir entre la verdad y la mentira, entre la lealtad y la traición, entre el amor y el miedo. Lo que está claro es que, tras estos acontecimientos, nada volverá a ser igual dentro de los muros de La Promesa.