‘La Promesa’, avance semanal: Más cartas y una inminente boda
despertar de los bastardos”
El reloj del destino vuelve a marcar la hora en La Promesa, y con la llegada del 2026, nada volverá a ser igual. El final de la cuarta temporada deja tras de sí un reguero de misterios sin resolver, ausencias que duelen y promesas rotas que amenazan con resurgir en forma de tragedia. Lo que viene no será una simple continuación, sino un renacimiento: un nuevo ciclo más oscuro, más emocional y más imprevisible que cualquier cosa que hayamos visto antes.
Los pasillos del palacio de los Luján están a punto de transformarse en un campo de batalla donde el amor, la venganza y la justicia social se entrelazarán en una trama de poder y redención. El cambio de era se siente en cada rincón. Las luces parecen más frías, las sombras más densas. Y los personajes, marcados por las decisiones del pasado, se preparan sin saberlo para un futuro que pondrá a prueba su fe, su lealtad y su propia humanidad.
La primera gran ausencia que marcará este nuevo comienzo es la de Catalina de Luján. La voz más combativa, la defensora de los trabajadores, la mujer que se atrevió a enfrentarse al mismísimo barón de Valladares, ha desaparecido. Su marcha no solo deja un vacío emocional, sino también ideológico. Catalina era el alma rebelde del palacio, la chispa que encendía los debates y desafiaba las estructuras de poder. Sin ella, el equilibrio se rompe. Todo apunta a que su regreso no será inmediato: la actriz que da vida al personaje ha cerrado temporalmente su participación, y los guionistas parecen haber reservado su vuelta para más adelante, cuando su retorno pueda sacudir verdaderamente los cimientos de La Promesa.
La gran pregunta que flota en el aire es: ¿qué será de Adriano y de los hijos que tuvo con Catalina? Deprimido y sumido en la soledad, el hombre atraviesa su hora más oscura. En un diálogo reciente con Manuel, dejó entrever pensamientos inquietantes, casi suicidas, que preocupan al público y dejan entrever la posibilidad de un giro sombrío en su trama. Pero tal vez no todo esté perdido. Algunos rumores apuntan a un salto temporal: quizás la temporada 5 nos muestre a un Adriano más fuerte, reconstruido, decidido a retomar la causa obrera que su esposa dejó inconclusa. Su regreso como líder de los trabajadores podría enfrentarlo directamente a doña Leocadia y al influyente Jacobo, los nuevos guardia

nes del orden impuesto.
Y hablando de Leocadia… su nombre vuelve a sonar como el epicentro de una tormenta. Desde hace meses, los espectadores exigen justicia por la misteriosa muerte de Jana Expósito, un crimen que sigue sin resolverse del todo. Las sospechas apuntan cada vez más hacia Leocadia de Figueroa, cuyas manipulaciones y silencios resultan cada día más inquietantes. Todo indica que el cierre de la temporada 4 girará en torno a este caso. ¿Veremos por fin un juicio? ¿Una confesión que lo cambie todo? Algunos creen que podría ser el capitán Beltrán, dolido por su fracaso amoroso con Ángela, quien revele la verdad. Si se demuestra que Leocadia fue la responsable, su destino sería inevitable: la cárcel… o la fuga.
No faltan rumores sobre su posible salida de la serie, pero nada está confirmado oficialmente. Televisión Española guarda silencio, y eso solo alimenta el misterio. Sin embargo, si la historia avanza por ese camino, el impacto sería devastador. Imaginar a Ángela declarando contra su propia madre es una de las escenas más trágicas que podría ofrecernos La Promesa. La joven, desgarrada entre el amor y la justicia, se convertiría en el símbolo del nuevo ciclo: el fin de una era marcada por el poder materno y el nacimiento de una mujer libre, aunque rota por dentro.
Pero la historia no se detiene ahí. En la próxima temporada, otro hilo promete brillar con fuerza: la venganza de los bastardos. Curro, el hijo ilegítimo del marqués Alonso de Luján, comienza a tomar conciencia de su linaje y de la herencia que le fue negada. Durante años vivió en las sombras, cargando con el peso del secreto y la humillación. Ahora, el joven parece dispuesto a reclamar lo que le pertenece. Su transformación podría ser total: dejar atrás el apellido Lacayo y asumir con orgullo el de Luján, completando así el círculo de una familia dividida por los pecados del pasado.
El futuro de Curro podría marcar una nueva era dentro de la serie: la de los hijos ilegítimos, los olvidados, los que nacieron fuera del matrimonio pero llevan en la sangre la nobleza y el deseo de justicia. Y puede que no sea el único. El 2026 podría traer consigo nuevos personajes de sangre azul oculta, herederos secretos, hijos no reconocidos que llegarán al palacio dispuestos a reclamar su lugar. Escándalos, herencias y secretos de alcoba prometen convertir la quinta temporada en una de las más intensas y explosivas hasta la fecha.