Sueños de Libertad Capítulo 433-437 | Nadie es inocente – Cada mentira tiene su precio [ AVANCE ]
La mañana en la oficina de Sueños de Libertad estaba cargada de murmullos y miradas furtivas. El ambiente era tenso, y todos los empleados sentían que algo importante estaba a punto de suceder. Desde que se había filtrado la noticia de que Joaquín podría ser el nuevo director, la incertidumbre había comenzado a reinar.
La llegada de Joaquín
Joaquín, un rostro conocido en la empresa, había trabajado durante años como gerente de operaciones. Su carácter fuerte y su ambición desmedida lo habían llevado a ser una figura controvertida. Muchos lo respetaban, pero otros lo temían, y su ascenso al puesto de director generaba tanto expectativas como temores.
“¿Realmente creen que él será el nuevo director?”, preguntó Marta, una joven asistente, mientras se acomodaba en su escritorio. “No puedo imaginarme trabajando bajo su mando.”
“Es un genio, pero también un manipulador. No sabemos cómo se comportará una vez que tenga todo el poder”, respondió Carlos, un colega de larga data, mientras miraba por la ventana.
La reunión inesperada
A las diez en punto, el sonido del timbre resonó en toda la oficina. Era hora de la reunión general, y todos se dirigieron al salón principal. La tensión era palpable, y Andrés, el actual director, tomó asiento en la mesa, visiblemente nervioso.
“Gracias a todos por venir. Hoy tenemos un anuncio importante que hacer”, comenzó Andrés, su voz temblando ligeramente.
Los murmullos cesaron, y todos los ojos se centraron en él. “Como saben, hemos estado en un proceso de reestructuración, y hemos decidido que es el momento de un cambio en la dirección de la empresa”, continuó, sintiendo que la presión aumentaba.
La revelación
“Me gustaría presentarles a Joaquín, quien asumirá el cargo de nuevo director a partir de hoy”, anunció Andrés, señalando a Joaquín, que se encontraba al fondo de la sala.
Un aplauso tímido resonó entre los empleados, pero muchos intercambiaron miradas de preocupación. Joaquín se levantó, con una sonrisa confiada, y se acercó al podio.
“Gracias, Andrés. Estoy emocionado por esta nueva oportunidad y prometo llevar a Sueños de Libertad hacia un futuro brillante”, dijo Joaquín, su voz firme y decidida.
La reacción del equipo
Una vez que Joaquín terminó de hablar, el ambiente se tornó más tenso. Algunos empleados aplaudieron, pero otros se quedaron en silencio, sintiendo que el cambio podría traer consigo desafíos inesperados.
“No sé si esto es lo que necesitamos”, susurró Marta a Carlos.
“Solo el tiempo lo dirá. Pero hay algo en él que no me gusta. Su ambición puede ser peligrosa”, respondió Carlos, sintiendo que la inquietud comenzaba a crecer.
La primera reunión con Joaquín
Poco después, Joaquín convocó a su primer encuentro con el equipo directivo. El ambiente en la sala era tenso, y todos esperaban ansiosos sus instrucciones.
“Quiero que se sientan cómodos compartiendo sus ideas. Estoy aquí para escuchar y aprender de ustedes”, dijo Joaquín, su tono amistoso, pero con un destello de autoridad en sus ojos.
Andrés, aunque aún era el director saliente, no pudo evitar sentir que su posición estaba siendo cuestionada. “Joaquín, ¿cuáles son tus planes para la empresa?”, preguntó, intentando mantener la calma.
“Mi plan es claro: necesitamos innovar y adaptarnos a los tiempos. Hay que aumentar nuestra competitividad y, para eso, hay que tomar decisiones difíciles”, respondió Joaquín, su mirada fija en Andrés.
La tensión entre Andrés y Joaquín
La tensión entre ambos hombres era evidente. Andrés sentía que Joaquín estaba listo para despojarlo de su legado y tomar el control total.
“¿Y qué pasará con los empleados? Necesitamos asegurar su bienestar en este proceso”, intervino Marta, sintiendo que debía defender a su equipo.
Joaquín sonrió, pero su mirada era fría. “El bienestar de los empleados es importante, pero la empresa debe ser nuestra prioridad. A veces, eso significa hacer sacrificios”, dijo, dejando una sensación de inquietud en el aire.
La revelación de un secreto
Mientras la reunión avanzaba, un empleado del departamento de recursos humanos, Miguel, entró apresuradamente en la sala. Su rostro mostraba preocupación, y todos se volvieron hacia él.
“Disculpen, pero hay algo que necesitamos discutir. He recibido informes de que algunos empleados están preocupados por la dirección que Joaquín quiere tomar”, dijo Miguel, su voz temblando.
Joaquín frunció el ceño. “¿Qué tipo de preocupaciones?”, preguntó, sintiendo que su autoridad estaba siendo desafiada.
“Algunos temen que se implementen cambios drásticos que afecten sus puestos de trabajo. Hay rumores de despidos”, explicó Miguel, sintiendo que la atmósfera se volvía aún más tensa.
