La decisión crucial

Con el tiempo corriendo en su contra, Andrés debe tomar una decisión. “Debo proteger a todos, pero no puedo dejar de buscar la verdad sobre César. Es lo que él habría querido”, dice, sintiendo que la lealtad hacia su amigo lo impulsa a seguir adelante.

Chloe asiente, comprendiendo la gravedad de la situación. “Entonces, debemos actuar con inteligencia. No podemos dejar que nos atrapen desprevenidos.”

La reunión clandestina

Esa noche, Andrés convoca a un pequeño grupo de confianza en su casa. Los rostros de sus amigos reflejan la preocupación y la determinación.

“Gracias por venir. La situación se ha vuelto peligrosa, y necesitamos un plan”, comienza Andrés, sintiendo la presión del momento.

Uno de sus amigos, Javier, se adelanta. “He escuchado rumores sobre un encuentro entre la organización rival y algunos de sus aliados. Si podemos infiltrarnos, tal vez podamos obtener información valiosa.”

Andrés siente que la idea tiene potencial. “¿Dónde y cuándo se llevará a cabo?”

“Mañana por la noche, en un viejo almacén en las afueras de la ciudad. Es un lugar conocido por ser un punto de encuentro para ellos”, responde Javier.

La preparación

Con el plan en marcha, la atmósfera se vuelve eléctrica. Andrés y su grupo pasan la noche preparándose, revisando equipos y discutiendo estrategias. Cada uno sabe que están jugando con fuego, pero la necesidad de descubrir la verdad sobre César los impulsa.

“No podemos permitir que esto termine mal. Si algo sale mal, debemos estar listos para salir corriendo”, advierte Chloe, su mirada seria.

Andrés asiente, sintiendo la responsabilidad sobre sus hombros. “No solo estamos luchando por la verdad, sino por nuestras vidas.”

La infiltración

Al caer la noche, el grupo se dirige al almacén. La luna brilla intensamente, pero la oscuridad parece engullirlos mientras se acercan al lugar. La tensión es palpable, y cada crujido de una rama o el susurro del viento parece amplificar su ansiedad.

“Recuerden, mantengan la calma y sigan el plan. No podemos permitir que nos descubran”, susurra Andrés, su voz firme a pesar de su nerviosismo.

Al llegar, ven a varios hombres reunidos en el interior, sus siluetas apenas visibles a través de las ventanas sucias. Andrés siente que su corazón late con fuerza mientras observa la escena.