Jana abre la puerta a su pasado | LA PROMESA PREVIA 26-29 DE OCTUBRE
El Palacio de la Promesa se encuentra una vez más envuelto en un torbellino de secretos, traiciones y emociones que laten bajo cada piedra y cada pasillo oscuro. Las tensiones alcanzan su punto álgido cuando Cruz, la prometida de Hann, estalla en confrontación directa con Leocadia. Acusándola con dureza de haber vendido al escrutinio público el honor de los Luan, Cruz no puede contener la indignación que la consume desde que un escandaloso artículo se publicó en la prensa, revelando secretos familiares tras la boda de Hannuel. La acusación es precisa y venenosa: Leocadia no solo tuvo contacto con los periodistas, sino que manipuló la situación para humillar públicamente a la familia Luhan.
Sin embargo, la respuesta de Leocadia es tan fría como letal. Con un control implacable, admite su papel en la filtración y declara que su regreso a la Promesa tiene un único objetivo: la venganza. Sus palabras son un golpe directo al corazón de Cruz: “He vuelto para destruirte”, afirma, dejando claro que está decidida a saldar cuentas del pasado y hacer que Cruz pague por cada agravio sufrido. Este enfrentamiento entre ambas mujeres no es un simple intercambio de palabras; es un duelo de voluntades, una batalla sin piedad entre la Marchesa que lucha por mantener su posición y Leocadia, cuya herida profunda la ha transformado en una fuerza implacable y peligrosa.

Mientras tanto, en un rincón más silencioso del palacio, Maria se debate entre la tristeza y la impotencia por la decisión de padre Samuel. El sacerdote, conmocionado tras el beso compartido con Maria Fernandez, anuncia su partida del palacio, convencido de que su presencia ya no puede aportar paz ni serenidad. La noticia deja a Anghela paralizada y sumida en un dolor que corta como un cuchillo. Para Maria, la ausencia de Samuel representa una herida profunda, un amor imposible que queda suspendido en la incertidumbre y el sufrimiento.
En otro frente, Jacobo, el prometido de Martina, revela su verdadera naturaleza arrogante y despectiva durante un encuentro con Hann. La joven, sin embargo, no se deja intimidar y defiende con orgullo su origen humilde, mostrando que la dignidad y la fuerza de carácter no dependen del linaje. Su resistencia genera respeto y admiración en quienes la rodean, aunque la tensión persiste mientras Jacobo se retira repentinamente del palacio, dejando tras de sí un aire de inquietud que anticipa conflictos futuros.
Catalina, determinada a asegurar un futuro estable para sus hijos, insiste con Alonso para conseguir el palacio de Cadis. Sin embargo, la realidad financiera es cruel: la propiedad pertenece legítimamente a Cruz, y los fondos familiares se encuentran exhaustos. Como alternativa, Alonso propone la residencia de Madrid, un nuevo hogar que podría albergar a la familia cuando nazcan los niños, pero la propuesta no logra calmar la frustración de Catalina, quien siente que la verdad le ha sido ocultada y que la apariencia de seguridad familiar es solo una ilusión.
Entre las sombras del palacio, Santos lucha con la carga de los secretos familiares. Tras descubrir dolorosas verdades sobre sus padres, el joven se enfrenta a decisiones que podrían transformar para siempre su vida y l