Avance del capítulo 415 de ‘Sueños de libertad’ del miércoles, 15 de octubre: Begoña da una respuesta a Gabriel
La fábrica estaba en silencio, un silencio tenso que presagiaba la tormenta que se avecinaba. Begoña, con el ceño fruncido y el corazón latiendo con fuerza, se encontraba frente a Gabriel en su oficina, donde las sombras se alargaban y el aire estaba cargado de incertidumbre. La confrontación había estado en el aire durante semanas, y finalmente, el momento había llegado.
La tensión en el aire
Gabriel, con su habitual arrogancia, se reclinó en su silla, observando a Begoña con una mirada desafiante. “Sabes que no puedes seguir ignorando lo que está sucediendo aquí,” dijo, su voz suave pero llena de veneno. “La fábrica necesita un líder fuerte, alguien que sepa tomar decisiones difíciles.”
Begoña sintió cómo la rabia comenzaba a burbujear en su interior. “¿Decisiones difíciles? ¿Te refieres a tus manipulaciones y amenazas?” replicó, cruzando los brazos. “No voy a quedarme de brazos cruzados mientras destruyes lo que hemos construido.”
Gabriel se levantó, acercándose a ella con una sonrisa burlona. “¿Y qué piensas hacer al respecto? ¿Detenerme? No tienes el poder para hacerlo, Begoña. Eres solo una voz entre muchas.”
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La revelación
Begoña respiró hondo, sintiendo la presión del momento. Sabía que Gabriel no se detendría ante nada para obtener lo que quería. “No subestimes el poder de la unidad,” dijo, su voz firme. “Los trabajadores están cansados de tus tácticas. Este lugar debería ser un hogar, no un campo de batalla.”
Gabriel frunció el ceño, su expresión oscureciéndose. “¿Crees que tus palabras harán alguna diferencia? La gente sigue a quien tiene el control, y tú no eres más que una distracción.”
“Quizás,” respondió Begoña, sintiendo cómo la determinación la invadía. “Pero estoy dispuesta a luchar por lo que es correcto. No voy a permitir que tu ambición destruya nuestras vidas.”
La confrontación
Gabriel se acercó aún más, su mirada fija en Begoña. “¿Y qué harás? ¿Te enfrentarás a mí? Te recuerdo que tengo aliados, gente que me respalda.”
Begoña sintió que la presión aumentaba, pero no iba a dejar que el miedo la dominara. “La verdad siempre sale a la luz, Gabriel. Tus aliados no podrán protegerte por siempre. La gente está comenzando a ver quién eres realmente.”
El rostro de Gabriel se endureció. “Eres una ilusa si crees que puedes cambiar algo. Este es un juego de poder, y yo soy el que tiene las cartas.”
La decisión de Begoña
En ese momento, Begoña se dio cuenta de que no podía retroceder. “No se trata solo de mí o de ti,” dijo, su voz resonando con fuerza. “Se trata de todos los que trabajan aquí, de sus familias, de su futuro. Si no te detienes, serás responsable de lo que suceda.”
Gabriel se rió, un sonido frío y despectivo. “¿Responsable? ¿Yo? La responsabilidad recae en aquellos que son débiles, en aquellos que no pueden mantenerse firmes. Si no te gusta cómo juego, tal vez deberías salir del tablero.”
La respuesta de Begoña
Begoña sintió una oleada de coraje. “No voy a salir de aquí. Este es mi hogar, y no voy a dejar que lo destruyas. Estoy lista para luchar, no solo por mí, sino por todos los que han sufrido bajo tu mando.”
Gabriel la miró, y por un momento, la sorpresa se reflejó en su rostro. “¿Luchar? ¿Con qué? ¿Con palabras vacías? No tienes idea de con quién te estás enfrentando.”
“Lo sé muy bien,” respondió Begoña, su voz resonando con fuerza. “Te enfrentas a alguien que no tiene miedo de levantarse contra la injusticia. Estoy dispuesta a arriesgarlo todo por lo que es correcto.”