LA PROMESSA ANTICIPAZIONI – LEOCADIA SMASCHERATA DAL SUO PASSATO.. TROVATO UN DOCUMENTO CHE RIVELA..

La Promesa: el regreso de Rómulo y la caída del velo — secretos, traiciones y una verdad que sacude el palacio

Nada en La Promesa volverá a ser igual tras el regreso de Rómulo. Después de meses de ausencia, el veterano mayordomo reaparece como una tormenta que irrumpe en la calma aparente del palacio de Luján, trayendo consigo una energía que corta el aire como un cuchillo. Su llegada no es casual: coincide con el inicio de un complot urdido en silencio por dos figuras tan enigmáticas como peligrosas —Cristóbal Ballesteros, el nuevo y autoritario mayordomo, y Leocadia de Figueroa, la mujer que esconde tras su elegancia una mente calculadora y ambiciosa.

Desde el primer instante, la presencia de Rómulo altera la atmósfera de La Promesa. Su mirada firme y su paso decidido anuncian que ha vuelto con un propósito: descubrir la verdad. Y pronto su instinto no se equivoca. Bajo la fachada de orden y disciplina que impone Cristóbal, se esconde un juego de manipulación que amenaza las bases mismas del palacio. Nadie sospechaba que ese hombre, de modales impecables y rostro imperturbable, era más que un simple sirviente. Detrás de su compostura militar se oculta un estratega frío, un ejecutor de los planes de Leocadia, su cómplice y amante.

La Promessa Anticipazioni 7 ottobre 2025: Leocadia riabbraccia sua figlia,  arriva Angela!

Leocadia, mientras tanto, se mueve entre las sombras de los salones nobles, sonriendo con cortesía mientras siembra discordia entre los criados. Junto a Cristóbal, ha convertido la servidumbre en un tablero de ajedrez, enfrentando a unos contra otros: Lope contra Simona, Candela contra María Fernández. Lo que empieza como un rumor en la cocina pronto se convierte en una ola de sospechas que desestabiliza toda la casa.

Pero María, fiel a su intuición y a la memoria de Jana y Pia, no se deja engañar. Observa, analiza y, en un momento de descuido, descubre algo que lo cambia todo: una noche, sorprendida por un ruido extraño, ve a Cristóbal salir de una habitación prohibida, vestido solo con una camisa, la luz de una vela iluminando su rostro y una risa masculina resonando detrás de él. No es un simple desliz: lo que María ve es la prueba viva de una relación ilícita que podría destruir reputaciones.

A partir de ese instante, los cuchicheos dejan paso a una verdad más oscura. No se trata solo de un romance clandestino; se trata de un complot minuciosamente planeado. Los criados se preguntan si Cristóbal podría ser el verdadero padre de Ángela. ¿Y si Leocadia, desde el principio, hubiera jugado a dos bandas, utilizando sus encantos para manipular tanto a los nobles como a los sirvientes? La tensión se extiende como un veneno por los pasillos de piedra.

Mientras tanto, Leocadia planea enviar a Ángela a Suiza, lejos de la finca, para mantenerla al margen de los secretos que comienzan a flotar en el aire. Cristóbal, por su parte, se acerca cada vez más a Lope, buscando manipularlo y convertirlo en su peón. Todo parece cuidadosamente calculado: la confusión, los errores, el caos controlado. La Guardia Civil ronda las puertas del palacio, pero nadie imagina que el verdadero peligro está dentro.

María, desesperada, acude a su confesor, el padre Samuel, en el huerto donde crecen tomates y pimientos bajo el sol. Allí, entre el perfume de la tierra, le confiesa su descubrimiento. Pero la respuesta del sacerdote la deja helada: le ordena callar. “En esta casa ya hay demasiado veneno”, le dice con tono severo. Esas palabras caen sobre ella como una losa. Por primera vez, María comprende que incluso la fe puede estar corrompida por el miedo.

A pesar del consejo, no puede quedarse de brazos cruzado