LA PROMESA: ¿Cuándo ARRESTARÁN a Leocadia? La verdad sale a la luz…
Esta mañana, en el canal 1, se presentó un nuevo personaje que promete cambiar el rumbo de la historia en La Promesa. Se trata de Beltrán, un joven que llega al palacio con una sonrisa amable y una mirada limpia, como si estuviera destinado a ser la salvación de la señorita Ángela. Todos los ojos se posan en la dulce interacción entre ambos, pero mientras el encuentro parece inocente y lleno de encanto, en las sombras, alguien ya está tejiendo un plan que podría alterar el destino de todos. Porque en este universo, nada es casual; cada gesto, cada sonrisa y cada decisión están cargados de intenciones ocultas.
Doña Leocadia de Figueroa, nuestra astuta postiza, ha identificado en Beltrán una oportunidad que no podía dejar pasar. Con una mirada calculadora y un paso firme, Leocadia se propone intervenir en la vida de Ángela y de quienes la rodean. Sin embargo, para que su estrategia tenga éxito, necesita un aliado inesperado: el señorito Curro. Ni Ballesteros, su amante silencioso, ni Jacobo ni Lorenzo podrán desempeñar ese papel. Curro, un personaje cuya vida se ha visto marcada por la ira y la rivalidad, se convierte en la pieza clave para ejecutar el plan de Leocadia. Dos almas opuestas, enemigos declarados, que se verán obligados a unir fuerzas por un objetivo común: salvar a Ángela… o al menos eso es lo que la postiza hará creer a Curro.
En La Promesa, los aliados más peligrosos son los que surgen del dolor y de la vulnerabilidad. Curro, atrapado entre el odio hacia Lorenzo de la Mata y el amor por Ángela, se encuentra en un punto de quiebre. Ha visto cómo el hombre que más desprecia pide la mano de la mujer que ama, y su corazón, roto y lleno de rabia, apenas puede sostener la mirada sin que el resentimiento lo consuma. En ese momento de debilidad, aparece Leocadia, con palabras suaves y un tono casi maternal, capaz de manipular las emociones de cualquiera. Le propone una alianza, haciéndole creer que su objetivo es proteger a Ángela por amor, pero en realidad sus motivaciones son mucho más complejas.

El plan de Leocadia no se basa únicamente en el bienestar de su hija. Aunque a primera vista parezca una madre preocupada, su verdadero objetivo es recuperar el control perdido, limpiar su apellido y consolidarse como una figura indispensable dentro del palacio. El matrimonio de Ángela podría ser la jugada maestra para lograrlo. Mientras todos creen que las acciones de Leocadia están guiadas por el amor maternal, en realidad cada movimiento está cuidadosamente calculado para posicionarse como la estratega suprema del entorno familiar y del poder que rodea a los Luján.
Beltrán entra en este juego como una pieza ideal: educado, encantador y con aspiraciones nobles, encaja perfectamente en la visión que Leocadia tiene para el futuro de Ángela. Un hombre con sentido de la justicia y un carácter ejemplar, que parece ser la alternativa perfecta al problemático Lorenzo, apodado “capitán Garrapata”. Pero como suele ocurrir en La Promesa, las intenciones humanas rara vez son tan puras como parecen. Lo que Leocadia busca es algo más que la felicidad de su hija: quiere manipular las emociones y decisiones de quienes la rodean para consolidar su propio poder.
Curro, por su parte, es un hombre en conflicto. Su corazón está dividido entre la frustración, la rabia y el amor genuino que siente por Ángela. Al aceptar escuchar a Leocadia, movido por la esperanza y el dolor, entra en la trampa de la postiza. Ella sabe exactamente cómo explotar su vulnerabilidad, aprovechando su amor sincero y su deseo de protegerla para pedirle algo que supera cualquier límite razonable. Curro deberá decidir entre seguir su corazón o traicionarse a sí mismo, y el sacrificio que se le pedirá no se realizará con violencia ni sangre, sino con silencio y obediencia.
Leocadia, siempre fría y calculadora, mantiene el control absoluto de la situación. Ha colocado a Beltrán en el tablero, ha capturado la atención de Curro y mantiene bajo su influencia a Ballesteros. Su estrategia es perfecta en apariencia, pero cualquier error podría costarle caro. En La Promesa, jugar con los sentimientos y las lealtades de los demás es un arte peligroso: un solo movimiento mal calculado puede incendiar todo, incluso los corazones más fuertes.
El plan de Leocadia consiste en hacer que Curro se convierta en su aliado involuntario para que Ángela termine enamorándose de Beltrán y, así, eliminar al capitán Garrapata del panorama. Cada gesto, cada palabra y cada manipulación están pensados para lograrlo. La postiza cree que su estrategia funcionará, pero no podemos olvidar que Curro es impredecible y que sus decisiones podrían dar un giro inesperado. Aun así, el plan ha comenzado, y la alianza entre dos antiguos enemigos promete sacudir los cimientos del palacio.
Mientras la historia avanza, queda