LA PROMESA Avance Semanal 13 al 17 octubre LEOCADIA y CURRO aliados contra LORENZO
Un domingo más: una semana de decisiones, secretos y reencuentros en “La Promesa”
La nueva semana en La Promesa llega cargada de emociones intensas, sacrificios inesperados y verdades que comienzan a salir a la luz. Los habitantes del palacio se enfrentan a días decisivos en los que el destino parece ponerse a prueba en cada rincón. Todo comienza con el heroico gesto de Manuel, quien, arriesgando su propia vida, decide surcar los cielos en el avión de un amigo con una única meta: traer el suero que podría salvar a Petra. La desesperación y la esperanza se entrelazan en su mirada, consciente de que cada minuto cuenta. Pero a pesar de su esfuerzo, el estado de Petra apenas mejora, y el servicio se sumerge en un silencio cargado de temor, preparándose para lo peor. El palacio entero se viste de incertidumbre, donde el sonido de los pasos resuena como un eco de lo que podría ser una pérdida inminente.
Mientras tanto, en el ámbito familiar, las presiones de Lorenzo se intensifican. Leocadia, acorralada y agotada por la manipulación de su esposo, termina cediendo. Con voz temblorosa fija la fecha de la boda de su hija Ángela dentro de tres meses, aunque el brillo triste en sus ojos delata su impotencia. Ángela, por su parte, no puede ocultar su rechazo a ese destino impuesto; su alma joven se resiste a un futuro que siente ajeno, y su rebeldía comienza a aflorar en cada conversación, en cada gesto de desobediencia que desafía la autoridad materna.
En otro frente, Enora se muestra cada vez más distante y enigmática. Una extraña llamada la deja perturbada, y su actitud cambia de forma visible. Nadie entiende su repentina distracción ni su mirada perdida en los pasillos, pero sus silencios pesan más que cualquier palabra. Pía, por su lado, recibe una carta de Ricardo, una misiva cargada de nostalgia y explicaciones. En esas líneas, él intenta justificar su partida, revelando los motivos que lo llevaron a alejarse, razones que despiertan en Pía un torbellino de emociones, entre la comprensión y el dolor.

Sin embargo, el aparente equilibrio del palacio se rompe cuando Enora decide mentir sobre aquella misteriosa llamada. Nadie sospecha lo que oculta, pero su falsedad marca el inicio de una cadena de consecuencias imprevisibles. Y cuando todo parecía perdido, una chispa de esperanza ilumina el horizonte: Petra sobrevive contra todo pronóstico. Su recuperación, lenta pero milagrosa, devuelve la fe a los corazones de quienes la daban por perdida. Los suspiros de alivio llenan los pasillos, recordando a todos que, a veces, la vida logra imponerse al destino más cruel.
Mientras la esperanza renace en una parte del palacio, en otra, Jacobo y Leocadia mueven los hilos de la manipulación. Aprovechando el abatimiento de Adriano, deciden revertir los cambios que Catalina había impulsado a espaldas de Martín. El conflicto se intensifica cuando este último descubre la maniobra y trata de impedirlo, enfrentándose a ellos con una determinación que lo lleva al límite. La lucha por el control del futuro de La Promesa se vuelve más feroz que nunca, y la lealtad se convierte en un campo minado donde cada paso puede ser fatal.
En medio de esa tensión, Ángela conoce a Beltrán, un joven encantador y de maneras refinadas, amigo cercano de Jacobo. Su presencia irrumpe como un soplo de aire fresco en la vida de la muchacha, despertando en ella emociones nuevas que la hacen dudar aún más de su destino. Beltrán representa una posibilidad distinta, una vida fuera de los muros de las decisiones impuestas. Su sonrisa, su atención y su dulzura hacen que Ángela empiece a imaginar un futuro diferente, uno que, sin embargo, podría no estar exento de sacrificios.
Leocadia, viendo la oportunidad de evitar el enlace con Lorenzo, recurre a Curro. Le pide un sacrificio que lo deja devastado: ayudarla a casar a Ángela con Beltrán para librarla del matrimonio forzado. Curro comprende que aceptar significa renunciar a parte de sí mismo, pero su amor por Ángela y su deseo de protegerla pesan más que su propio dolor. Así, accede, aunque su corazón se quiebra al hacerlo. La promesa de un futuro libre para Ángela se construye sobre la renuncia silenciosa de Curro, un acto de amor puro y desesperado.
Mientras tanto, Vera regresa al palacio, pero algo en ella ha cambiado. Su actitud fría y distante siembra inquietud entre sus compañeros. La joven parece atrapada en un torbellino de pensamientos oscuros, y nadie logra descifrar qué le ocurre realmente. Teresa, movida por la preocupación, decide enfrentarla tras descubrir que Vera mintió sobre una visita fallida a ca