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El episodio que se emitirá el miércoles 17 de septiembre promete ser uno de los más intensos y conmovedores de toda la trama. La historia se sumerge en un torbellino de secretos familiares, decisiones imposibles y emociones que dejan cicatrices profundas en cada personaje. Nada volverá a ser como antes después de esta entrega, y cada movimiento tendrá un precio que tarde o temprano saldrá a la luz.

En el centro de todo se encuentra Digna, quien se convierte en el epicentro de las preocupaciones familiares. Joaquín y Luis se sienten atrapados en un laberinto sin salida: cualquier paso en falso podría hacer que don Pedro cumpla sus temidas advertencias. El ambiente se llena de tensión, pues nadie sabe realmente cómo actuar sin arriesgarlo todo. Justo cuando parece que la oscuridad domina la situación, una inesperada llamada de Luz anuncia que don Pedro se encuentra delicado de salud. Esta noticia despierta una chispa de esperanza, aunque frágil y cargada de incertidumbre.

Luis, decidido a proteger a su esposa de las sombras que representan tanto Pedro como su madre, opta por no revelarle toda la verdad. Considera que el silencio es un escudo necesario para preservar su estabilidad emocional. Joaquín, en cambio, recorre otro camino: comparte con Gema los secretos que conoce, buscando transparencia y claridad. Pero esta decisión no trae paz, sino que enciende aún más la mecha de un conflicto familiar que se vuelve cada vez más insostenible.

El punto de quiebre llega cuando Tacio, el hijo de Damián, impone una condición impactante y dolorosa: prohíbe a su padre asistir al funeral de Ángela. La familia recibe la noticia como un golpe devastador, pero pese a la dureza de sus palabras, nadie está dispuesto a acatar esa prohibición tan injusta. Carmen, consciente del peligro que podría traer la presencia de Damián, lo visita personalmente para convencerlo de que no aparezca en la ceremonia. El ambiente se carga de tensión, con la certeza de que cualquier gesto puede convertirse en una chispa que desate un incendio.

Mientras tanto, María continúa atrapada en su rol de víctima. Se niega a aceptar una nueva enfermera y rechaza cualquier intento de revisión médica. Luz intenta abrirle los ojos, insistiendo en la importancia de su rehabilitación, pero sus palabras rebotan contra un muro de obstinación. La tozudez de María se convierte en un reflejo del dolor que se niega a enfrentar. En paralelo, Marta se derrumba ante Begoña. Con la copa en la mano y lágrimas corriendo por su rostro, acepta una verdad que la desgarra: su amor perdido jamás regresará. Andrés intenta consolar a su hermana, pero pronto se da cuenta de que hay dolores que ni siquiera la familia puede aliviar.

El día del funeral llega con un aire solemne, cargado de recuerdos y silencios pesados. Cada lágrima parece hablar del pasado, de heridas que nunca sanaron. La ausencia de Damián flota como una sombra, evidente y dolorosa. Tacio, atrapado entre el duelo y la culpa, vive la jornada con el corazón oprimido. Aunque se esfuerzan por mantener la calma, todos saben que el fantasma de viejas heridas sigue presente, y que el veto contra Damián ha dejado una herida abierta en el seno familiar.

En medio de esta atmósfera densa, Digna rompe el silencio con un anuncio que estremece a todos: la salud de don Pedro ha empeorado drásticamente. Su tiempo se agota y cada minuto cuenta. Lo que debía ser un día de despedida se transforma en un recordatorio de que la vida de los Reina está a punto de dar un vuelco. Cristina recibe una carta de Pedro a través de Luz y, al leerla, se llena de dudas y emociones contradictorias. Irene intenta aconsejarle firmeza, pero la pregunta es inevitable: ¿será capaz Cristina de resistir la presión del patriarca y la intensidad de sus sentimientos?

El peso del secreto que Digna ha guardado durante tanto tiempo finalmente se hace insoportable. Exhausta y rota, se derrumba ante Joaquín y Gema. Entre sollozos, revela verdades largamente ocultas. Gema, aunque al principio desconcertada, comprende la magnitud del dolor que su suegra ha cargado. La verdad sobre los planes de Pedro sale a la luz, mostrando hasta qué punto las decisiones de un solo hombre han moldeado el destino de toda la familia.

En paralelo, Damián recibe una visita inesperada. Miguel Ángel Vaca entra en su despacho con una propuesta sorprendente: los terrenos de los sobrinos serán recalificados de inmediato, y además ofrece su respaldo público a las perfumerías de la familia Reina. Esta noticia se presenta como un rayo de sol en medio de las sombras, una oportunidad para restaurar el prestigio de la empresa y reparar los errores del pasado. Sin embargo, todos intuyen que detrás de este gesto puede esconderse un precio muy alto que tarde o temprano deberán pagar.

Marta, hundida en un dolor sin consuelo, se refugia cada vez más en el alcohol, mientras Pelayo observa impotente. Su vida pública avanza con paso firme hacia el cargo de gobernador civil de Toledo, pero nada de eso llena el vacío que siente al ver a su esposa quebrarse lentamente. Andrés, preocupado por su hermana, presiona al sargento Potón para que continúe la búsqueda de Santiago. Pelayo, al darse cuenta, comprende que la verdad sobre el paradero de Fina está más cerca de salir a la luz de lo que él desearía.

Tacio, incapaz de soportar la carga, se rompe ante Gaspar y confiesa la culpa que siente por la pérdida de su madre. Luz, mientras tanto, se encierra cada vez más en el dispensario. Lo que parece una rutina de trabajo es, en realidad, una forma silenciosa de esconder su dolor. Begoña observa con inquietud cómo Luis adopta actitudes cada vez más calculadoras y oscuras, como si ocultara secretos que tarde o temprano explotarán.

En un giro inesperado, Digna deja de lado el orgullo y agradece a Damián por su gesto hacia la familia. Sus palabras nacen de la gratitud y no de la soberbia, lo que marca un antes y un después en la relación entre ellos. En ese instante, la verdad sobre Pedro sale completamente a la luz. Y lo que podría haber sido una confesión destructiva, en realidad se convierte en una oportunidad para sanar heridas y abrir la puerta a una posible reconciliación.

María, por su parte, sorprende a Andrés al anunciarle que ha decidido retomar su rehabilitación, pero en una clínica de Madrid. Esta elección no solo le permitirá recuperarse físicamente, sino también distanciarse de los conflictos familiares que la atormentan. Es un cambio positivo que insinúa la posibilidad de que, poco a poco, las heridas comiencen a cicatrizar.

El episodio se cierra con una mezcla de emociones extremas: traiciones expuestas, secretos revelados, decisiones valientes y oportunidades inesperadas. Cada personaje queda marcado por lo vivido, y los espectadores se enfrentan a la certeza de que lo que viene será aún más intenso. Sueños de Libertad prepara así un capítulo que no solo conmueve, sino que también redefine el destino de la familia Reina, atrapada entre el peso del pasado y la esperanza de un futuro distinto.