Sueños de Libertad Capítulo 398 (Damián intenta acercarse a Tasio tras años de distancia)
Hola amigos, hoy les comparto el extenso adelanto del capítulo 398 de Sueños de Libertad. Un episodio cargado de sentimientos enfrentados, secretos, sospechas y decisiones que pueden cambiar el rumbo de las familias implicadas.
El capítulo comienza en la cantina, donde Damián se acerca a Tacio con un tono sereno y conciliador. Le dice que no debe preocuparse por ausentarse unos días, que puede tomarse el tiempo que necesite para descansar. Le asegura que Andrés sabrá asumir sus responsabilidades temporalmente, tal como él mismo lo ha hecho en ocasiones anteriores para cubrir a su hermano. Sin embargo, Tacio responde con frialdad y distancia, dejando claro que no desea apartarse de sus obligaciones. Explica que, con tantas responsabilidades sobre sus hombros, especialmente por el aniversario de la banda de la Reina, no es momento de detenerse.
Damián, intentando que Tacio entre en razón, insiste en la necesidad de cuidar su salud física y mental, recordándole que en algún momento el descanso será inevitable y que postergarlo solo aumentará el riesgo de agotamiento. Tacio, con un gesto de reconocimiento, le agradece y menciona lo importante que fue para él que Damián respetara su voluntad el día del funeral, un detalle que le conmovió profundamente.
Emocionado, Damián abre su corazón y confiesa que su ausencia en aquel momento doloroso no fue por indiferencia, sino porque entendía que Tacio no deseaba su compañía. Admitió que le dolió profundamente no estar a su lado cuando más lo necesitaba. Reconoce que tanto Tacio como Ángela han sido fundamentales en su vida, aunque en el pasado careciera de coraje para hacer las cosas correctamente. Ahora, Damián desea enmendar sus errores y acercarse nuevamente, sin esperar ser visto de inmediato como un verdadero padre, pero sí que se reconozca su esfuerzo por reconstruir lo que se perdió.

Tacio lo interrumpe con firmeza, asegurando que por el momento no puede tratarlo como un padre. Damián asiente, comprendiéndolo, y le responde con calma que no busca continuar en conflicto. Le revela que su madre vino con la intención de servir como puente entre ambos, para propiciar una reconciliación. Reconoce que quizás sea demasiado pronto para Tacio, pero asegura que está dispuesto a esperar todo el tiempo necesario, prometiendo nunca rendirse en su empeño de que él se sienta parte de la familia.
Minutos después, la escena cambia al despacho de la Reina, donde Tacio se encuentra con Andrés. Tras un saludo cordial, Andrés le pregunta cómo se siente y aprovecha para abordar temas importantes, recordándole que lo considera un hermano a pesar de no haber crecido juntos. Le promete que hará todo lo posible para que los asuntos de la empresa no interfieran en su relación personal.
Tacio, incómodo, responde que los negocios siempre terminan entrometiéndose y que esas palabras no cambian la realidad. Andrés, con determinación, insiste en que se avecinan cambios significativos. Tacio intuye que se trata de la delicada situación de salud de don Pedro y Andrés lo confirma. Explica que, dado que don Pedro se ausenta cada vez más, deben considerar un reemplazo pronto para que la transición sea lo menos turbulenta posible. Gabriel les informó que pueden elegir a un sucesor entre los accionistas, siempre que haya unanimidad.
Andrés añade que tanto él como su padre, Marta y María están decididos a votar por sustituir a don Pedro en caso de ser necesario. Le recalca a Tacio que puede elegir libremente su postura, pero estas palabras lo irritan profundamente. Para Tacio, hablar de reemplazar a don Pedro antes de tiempo es una falta de respeto y casi una humillación. Pide esperar y permitir que don Pedro viva lo que le queda en paz.
Andrés mantiene la calma y le explica que nadie busca humillarlo, pero que la empresa atraviesa un momento crítico y necesita un liderazgo fuerte y presente. Tacio insiste en que don Pedro aún tiene capacidad para tomar decisiones sin titubear. Andrés aclara que el problema radica en que su ausencia está debilitando las relaciones con clientes y proveedores, y que es necesario un liderazgo firme y visible. Tacio, cada vez más incómodo, sospecha que ya existen acuerdos familiares previos y pregunta directamente si ya decidieron quién será el sustituto, mencionando a Marta. Andrés confirma que Marta es la candidata perfecta por su experiencia y capacidad, y que probablemente se reunirán ese mismo día para formalizar la decisión, prometiendo mantenerlo informado.
Tacio agradece la información pero se retira molesto, con la sensación de que todo estaba decidido sin contar con su opinión. Mientras tanto, Cristina llega a visitar a Irene. Al entrar, percibe el agotamiento de Irene, abrumada por documentos que requieren la firma de Pedro. Cristina le propone ir juntos a verlo, pero Irene rechaza de inmediato, afirmando que no desea volver a verlo. Cristina relata que sí fue a verle, necesitaba mirarlo a los ojos y comprobar la sinceridad de su arrepentimiento. Irene, molesta, sostiene que nada de lo que diga su hermano puede ser verdad.
Cristina confiesa que tras hablar con él sintió que su arrepentimiento podría ser genuino, que quizás realmente desconocía lo ocurrido con Pepe José. Irene, irritada, le reprocha si acaso está siendo engañada otra vez. Cristina niega la acusación, asegurando que vio a Pedro en su lecho de muerte y que no entiende por qué mentiría en esas condiciones. Irene responde fríamente que lo haría para no morir solo y que para ella sigue siendo el mismo hombre manipulador de siempre. Cristina defiende que Pedro actuó pensando en protegerla, aunque reconoce que se equivocó. Irene, firme, insiste en que Pedro siempre ha sido un maestro del engaño y que no le cree, recordándole a Cristina que ella misma ha sufrido sus mentiras.
La tensión entre ambas crece, y Cristina intenta persuadirla explicando que Pedro está destrozado desde su partida y que solo desea reparar la relación. Afirma que él pidió perdón y que ella lo aceptó, pero Irene lo atribuye a la bondad de Cristina y teme que se deje engañar de nuevo. Cristina advierte que Pedro podría morir en cualquier momento y que si no lo perdona, podría arrepentirse de por vida. Irene se mantiene firme, asegurando que no es cuestión de rencor, sino de todo el daño que Pedro causó a ella y a muchas otras personas. La conversación concluye con Cristina entristecida, reprochándole a Irene su dureza, mientras ella insiste que no es dureza, sino convicción: Pedro nunca estuvo realmente arrepentido.
En paralelo, en el dispensario, Begoña, visiblemente nerviosa, busca a Luz para aclarar una duda que la atormenta. Le pregunta si durante la última revisión notó algo extraño en las piernas de María. Luz, sorprendida, pide detalles y Begoña explica que cuando María regresó de la clínica, sus zapatos estaban sucios de barro, mientras que la silla de ruedas estaba limpia, algo que también notó Julia. Esta contradicción hace sospechar a Begoña que María podría caminar y estar ocultándolo.

Luz escucha incrédula, pero Begoña insiste y sugiere que este podría haber sido el motivo de despedir a Olga y enviar a María a una clínica en Madrid, lejos de todos quienes podrían descubrir la verdad. Begoña agrega que habló con Olga, quien también consideró sospechosa la manera en que la despidieron. Suplica a Luz que examine nuevamente a María, aunque sea para tranquilizarla. Luz, inicialmente reticente, finalmente acepta, aunque recalca que le resulta casi imposible imaginarlo.
Finalmente, en la secretaría, Cristina continúa tratando de convencer a Irene. Le recuerda la promesa que hizo a Pedro de apoyarlo si decía la verdad sobre Pepe José. Irene, firme, asegura que cumplió su palabra, pero que Pedro nunca fue sincero. Cristina informa que el detective confirmó que no hay relación entre Pedro y la desaparición de Pepe José, pero Irene permanece convencida de que miente. Cristina insiste en que Pedro está destrozado y que su único deseo es reparar la relación. Irene se mantiene inmutable, afirmando que sus acciones no demuestran arrepentimiento genuino y que su dureza es convicción frente al daño que causó.
Este episodio promete mostrar la complejidad de las emociones, las decisiones difíciles y los secretos que amenazan con cambiar el rumbo de todos los personajes, recordándonos que incluso en medio de tensiones familiares y desafíos personales, la verdad y la convicción marcan la diferencia.