Sueños de Libertad Capítulo 396 (Damián propone a Marta como directora interina y genera debate)

Hola amigos, hoy les traigo un avance mucho más detallado y extenso del capítulo 396 de Sueños de Libertad

El episodio 396 de Sueños de Libertad nos adentra en una trama cargada de emociones, decisiones difíciles y giros que sacuden tanto las vidas personales como el destino de la empresa familiar. La historia abre con una escena profundamente íntima: María y Andrés se encuentran en un salón silencioso, bañado por la tenue luz del atardecer que entra por la ventana. En ese ambiente casi melancólico, ambos reflexionan sobre lo efímera que resulta la vida y lo rápido que todo puede transformarse de un momento a otro.

María, con un suspiro que encierra cansancio y determinación, confiesa a Andrés que siente que se están enredando en discusiones absurdas mientras el tiempo se les escapa de las manos. Andrés, preocupado por su estado anímico, le pregunta si se siente mejor que el día anterior. Ella, con calma pero también con una fuerza renovada, asiente y explica que hablar con Luz le dio claridad y esperanza. Ha tomado una decisión firme: aunque no pueda caminar y aunque la posibilidad de adoptar se haya desvanecido, no va a rendirse. Insiste en que seguirá luchando y continuará con su rehabilitación.

Andrés, sorprendido y emocionado por su fortaleza, intenta felicitarla, pero María lo interrumpe con ternura: no es un reproche, solo un aviso de que está dispuesta a seguir adelante por decisión propia. La verdadera sorpresa llega cuando María aclara que no quiere hacer la rehabilitación en casa, sino en una clínica especializada en Madrid. Allí podrá enfocarse plenamente en su recuperación, lejos de las presiones familiares. Andrés, con cierta inquietud, le recuerda que son demasiados kilómetros, que no podrá acompañarla todos los días. Pero María ya lo ha previsto: irá solo tres veces por semana y, al menos ese día, contará con Gabriel como acompañante, pues él también tiene asuntos en la capital.

Avance del próximo capítulo de Sueños de libertad: Damián se enfrenta a  Marta por su relación con Fina

En ese preciso instante aparece Gabriel, y la dinámica cambia. Andrés le agradece por acompañar a María y se retira, no sin cierta incomodidad. Gabriel, con ironía, pregunta qué “truco” ha usado María para convencerlo de llevarla. Ella, con calma, responde que simplemente le contó a Andrés que había recuperado la ilusión de vivir y que él sería su acompañante. Entre bromas y verdades a medias, Gabriel comenta que así aprovechará para recoger unas cartas en un hotel. La complicidad entre ambos queda en evidencia, aunque María insiste en que solo busca concentrarse en su recuperación. Sin embargo, la conversación revela que ella sabe jugar sus cartas y manejar las tensiones a su favor, aunque admite que con el tema de la adopción las cosas no salieron como esperaba.

Mientras tanto, en otra parte de la historia, don Pedro regresa a casa acompañado por Luz y Digna. Su estado de salud es delicado, y aunque se queja del dolor, insiste en que prefiere morir en su hogar antes que en un hospital frío. Digna, con tono duro pero cargado de resignación, le recuerda que fue él quien pidió el alta voluntaria y que allí estaba mejor cuidado. Don Pedro, sin perder la dignidad, responde que al menos quiere pasar sus últimos días rodeado de los suyos. Luz, preocupada, lo examina y le advierte que no intente volver a la colonia ni al despacho. Pedro, resignado, admite que ya es consciente de que nunca más volverá a ocupar su oficina. Solo le queda el consuelo de tener a su esposa cerca, aunque la frialdad de Digna le hace sentir que su compañía es más un deber que un acto de amor.

La doctora Luz percibe el cansancio en Digna y le recomienda descansar. Digna, evasiva, asegura que solo se trata de agotamiento, aunque su tono revela un peso emocional mayor. Don Pedro aprovecha para preguntar a Luz si entregó su carta a Cristina, y aunque ella responde afirmativamente, admite que no sabe cómo fue recibida porque se marchó antes. Cuando la doctora se retira, Pedro, con cierta ironía dolorosa, le pide a Digna que se siente a su lado para sentir al menos su “calor frío”. Ella, sin inmutarse, le advierte que no se haga ilusiones con Cristina, porque unas pocas palabras no borrarán el daño que le causó en el pasado.

En paralelo, Andrés reflexiona con María sobre la situación de la empresa y la inevitable transición tras la inminente muerte de don Pedro. Explica que la compañía atraviesa un momento crítico y que deben garantizar la estabilidad. Por ello, Marta ocupará el cargo temporalmente hasta que Joaquín deje oficialmente su puesto y se elija un director permanente. María, preocupada, duda de la legalidad de tanto movimiento, pero Andrés le aclara que todo cuenta con la aprobación de Gabriel. Lo que realmente busca es confirmar si cuenta con su apoyo para que la dirección vuelva a la familia. María, tras vacilar, afirma que sí, que si es lo mejor para la empresa también lo será para Julia. Andrés queda aliviado y convencido de que Marta es la opción adecuada.

En la fábrica, mientras tanto, Joaquín y Luis se reúnen con Damián. Este, con tono grave, les comunica que la salud de Pedro se ha deteriorado notablemente y que es momento de asegurar el futuro de la empresa. Recuerda que los estatutos permiten cesar al director si la junta lo aprueba unánimemente, por lo que deben actuar antes de que haya un vacío de poder. Luis comenta que ya estaban al tanto por su madre, mientras que Joaquín pregunta quién ocuparía ese cargo. Damián, sin titubear, propone a su hija Marta como la candidata ideal: confiable, estable y representante de los valores familiares que, según él, Pedro ha descuidado.

Avance del próximo capítulo de Sueños de libertad: Marta removerá cielo y  tierra para encontrar a Fina

La reacción de Joaquín no se hace esperar: se opone rotundamente, asegurando que debería ser él quien tome las riendas. Pero Damián lo frena con frialdad, recordándole que, tras el mandato interino, habrá elecciones en las que podrá presentarse si lo desea. Luis, más conciliador, propone reflexionar con calma para tomar la mejor decisión, pero la tensión entre los hermanos es palpable.

Antes de despedirse, Damián añade un comentario que sorprende a todos: menciona que vio recientemente a la madre de Joaquín y Luis, quien estaba muy afectada. Luis, intrigado, señala que ella no pasó por casa. Damián explica que solo fue a agradecerle la recalificación de unas tierras, pero sus palabras dejan claro que siente un vínculo emocional más fuerte hacia ella que hacia los asuntos de la empresa. Luis, conmovido, concluye que necesitan apoyarla ahora más que nunca.

Este capítulo, en su desarrollo prolongado, nos muestra la vulnerabilidad de unos personajes enfrentados a sus límites personales y profesionales: María se aferra a la esperanza de recuperar su vida a través de la rehabilitación; Andrés intenta mantener un equilibrio entre su amor, la salud de su esposa y el futuro de la empresa; don Pedro se enfrenta a su final con dignidad, aunque sin el calor que desearía de Digna; y en el centro de todo, el futuro de la empresa se convierte en un tablero donde cada movimiento implica traiciones, alianzas y rivalidades familiares.

Un episodio cargado de tensión y emociones que marca un punto de inflexión en la trama de Sueños de Libertad, anticipando que nada volverá a ser igual ni para los personajes ni para la compañía que los une y los divide al mismo tiempo.