AVANCE DE LA PROMESA – María salva a Samuel y descubre el inquietante motivo de su desaparición

Nel prossimo capitolo della serie La Promessa: el impactante regreso de Samuel y los secretos que cambiarán todo

Después de varios días de incertidumbre y desaparición, Samuel regresará de manera inesperada, dejando a todos sumidos en el pánico y la confusión. El padre aparecerá visiblemente herido, fruto de una emboscada de la que logró escapar por poco, pero cuyas secuelas físicas y emocionales serán evidentes. Su rostro reflejará desorientación y miedo, aunque su memoria estará intacta: recordará con detalle quiénes fueron los responsables de su ataque y las circunstancias que lo llevaron a caer en esa trampa tan cruel.

Maria Fernández, conmovida por el estado de Samuel, no podrá contener su angustia y le preguntará inmediatamente qué sucedió y quién fue el autor de semejante brutalidad. Será en ese instante cuando Samuel, con dificultad y voz débil, revelará un secreto estremecedor que sacudirá los cimientos de la serie: dos personajes serán arrestados y una trama inesperada comenzará a desarrollarse, cambiando para siempre la dinámica de la historia.

Todo comienza con un silencio inquietante que rompe la rutina de la Promessa. La primera luz del alba se colará entre las ventanas, pero las campanas de la capilla, que siempre marcaban el ritmo de la vida diaria, permanecerán mudas. Este vacío sonoro generará una sensación de temor entre los sirvientes, acostumbrados a ver al sacerdote moviéndose entre la capilla y el patio. Durante días, nadie lo habrá visto ni en las cenas, ni en las oraciones, ni en los paseos por el jardín. Una criada afirmará haber escuchado pasos al amanecer en el fondo del huerto, aunque no habrá pruebas que lo confirmen. Solo rumores, sombras y sospechas llenarán el vacío, y en medio de él un nombre empezará a resonar con fuerza: Maria.

La Promesa en Revista Mia

La joven, mientras lava los objetos del altar, dejará caer el paño en el agua, paralizada por un presagio. Caminando lentamente hacia la capilla, notará la inmovilidad de las velas, el misal cerrado y el altar intacto. Un silencio tan intenso hablará más que cualquier palabra: algo no estaba bien. Su corazón se acelerará mientras la mente comienza a imaginar mil posibilidades: un accidente, un viaje urgente o, lo más devastador, algo mucho más oscuro. Un pensamiento prohibido empezará a surgir en su interior: ¿y si Samuel se ha marchado por amor? La idea la consumirá.

En el patio, Maria verá a Vera extendiendo sábanas al sol y, con paso tembloroso, se acercará para preguntarle si ha escuchado algo. Vera, que ya había oído rumores, asiente, pero ambas saben que no hay certezas, solo especulaciones. Maria, sin poder contenerse, confiesa su sospecha más dolorosa: teme que el padre haya huido por amor, un amor que no era hacia ella, sino posiblemente hacia otra mujer. Sus palabras caen como piedras en un lago tranquilo, y Vera, incrédula, intenta calmarla, asegurándole que nadie más podría ocupar su lugar en el corazón de Samuel. Pero Maria no puede negar lo que siempre ha sentido: para ella, el sacerdote significaba mucho más que un guía espiritual; lo veía como un hombre que la comprendía y la valoraba como mujer, alguien cuya cercanía superaba los límites de la santidad.

Esa noche, el silencio de la Promessa se mezcla con la tensión de los rumores. Sirvientes afirman haberlo visto con una maleta, otros juran escuchar un caballo galopando al amanecer, pero nada se confirma. Para Maria, la verdad es dolorosa: Samuel no se fue voluntariamente ni fue obligado a marcharse; algo más oscuro y peligroso lo ha alejado. La joven decide investigar por sí misma. Con pasos sigilosos, entra en la habitación del sacerdote y encuentra un armario cerrado que finalmente abre. Entre libros de salmos, descubre un papel arrugado con escritura de Samuel. No hay despedidas ni confesiones de amor: solo frases fragmentadas, oraciones inconclusas y un mensaje inquietante, un aviso de peligro que revela que el sacerdote estaba al tanto de algo que no podía expresar.

Ese hallazgo pesa sobre Maria como un secreto insoportable. Los días siguientes transcurren en silencio, con el corazón de Maria dividido entre el miedo y la esperanza. Mientras cumple con sus tareas, los rumores sobre la desaparición de Samuel se multiplican: algunos dicen que fue llevado para recibir atención médica, otros aseguran que su existencia es un engaño. Maria, sin embargo, mantiene la fe. Cada día enciende una vela en la capilla, implorando solo una cosa: el regreso de Samuel.

Y entonces, cuando la desesperanza parece total, ocurre lo imposible. Una tarde, un caballo aparece por el camino embarrado. Montado sobre él, casi sin fuerzas, se encuentra Samuel, con la túnica rasgada, el rostro pálido y los ojos apagados. La conmoción es inmediata: gritos llenan el patio, Maria corre hacia él con lágrimas en los ojos, Alonso permanece inmóvil en la escalinata y Burdina actúa rápidamente para trasladarlo a la enfermería improvisada. Catalina y Giana atienden sus heridas con rapidez y cuidado, mientras Maria no lo deja solo ni un instante, sosteniendo su mano y ofreciendo consuelo entre sollozos.

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Samuel, aunque débil, conserva un secreto que pronto revelará. Tras días de recuperación, finalmente pronuncia el nombre de Maria y pide hablar con Burdina. Sus palabras son un relámpago en la tranquila tarde: confiesa que fue atacado mientras se disponía a dar un testimonio crucial que podría exonerar a la marquesa Cruzz. Dos hombres lo interceptaron: uno lo golpeó, mientras el otro lo mantenía cautivo. Samuel no vio sus rostros, pero reconoce la voz de uno: sospecha que fue Lorenzo, acompañado de otra persona que lo seguía como sombra, posiblemente Leocadia.

La tensión se dispara. Maria llora al escuchar la verdad, Alonso siente la furia y la traición, y Burdina toma nota, consciente de que alguien dentro de la Promessa conspiraba en las sombras. La investigación comienza de inmediato, y hallazgos como fragmentos de túnica, rastros de tierra y una cruz rota revelan que los planes para silenciar a Samuel fueron meticulosos y crueles.

El destino de la Promessa pende de un hilo. Los culpables sienten la amenaza del descubrimiento, y los pasillos, puertas y corredores de la mansión se llenan de intriga y peligro. La vida de Samuel, la seguridad de Maria y la reputación de la familia del marqués están en juego. Cada movimiento, cada palabra y cada decisión pueden cambiarlo todo. La serie entra en una nueva fase, marcada por secretos revelados, pruebas irrefutables y la inevitable confrontación con quienes han traicionado la confianza de todos.

La historia demuestra que no hay segredos que permanezcan ocultos por siempre. Samuel ha regresado, y con él, la verdad que amenaza con derribar todas las mentiras construidas a su alrededor. La Promessa nunca volverá a ser la misma, y quienes la habitan deberán enfrentar las consecuencias de sus actos antes de que sea demasiado tarde.