¡Se ha descubierto el pasadizo secreto de la villa! | LA PROMESA: PREVIAS DEL 13 AL 15 DE SEPTIEMBRE
Riccardo crolla davanti a una lettera e Pia, come Petra, lo incalza a rivelare a Santos ciò che può sconvolgere ogni equilibrio
El palacio se encuentra envuelto en una atmósfera tensa y cargada de secretos mientras se acerca la fecha del esperado matrimonio entre Manuel y Hann. La tensión no solo proviene de los preparativos de la boda, sino también de las emociones y conflictos internos que sacuden a cada personaje. Riccardo, protagonista de un tormento silencioso, se ve sumergido en un mar de recuerdos y culpas tras leer una vieja carta de su difunta esposa. Esa carta reabre heridas que él creía cerradas y despierta emociones incontrolables que lo dejan paralizado y distraído. Su desconcentración no pasa desapercibida para Petra, quien, meticulosa y atenta a cada detalle, no duda en reprenderlo con severidad, recordándole que su comportamiento es inaceptable ante un evento de tanta magnitud.
La presión aumenta cuando Riccardo, incapaz de revelar a Santos los motivos de su inquietud, carga con el peso del pasado y la tensión con Petra empeora aún más su estado emocional. Romulo, percibiendo que algo más profundo está detrás de su comportamiento, interviene con prudencia, buscando entender la raíz de su malestar y ofrecerle apoyo. Mientras tanto, la figura de Cruz continúa generando conflictos. Su rechazo hacia el matrimonio entre Manuel y Hann no es solo sentimental, sino que lo considera un golpe a la reputación de la familia Luhan. A pesar de sus esfuerzos por convencer a Alonso de detener la boda, el marchese acepta que su hijo está enamorado y no pretende obstaculizar su felicidad.

Ante la falta de respaldo del esposo, Cruz decide usar su última carta: imponer restricciones que amenazan con arruinar la boda. Ana, fiel a su pasado y al vínculo con los sirvientes, había invitado a toda la servidumbre a compartir la ceremonia, deseando que aquellos que la acompañaron en los momentos difíciles estuvieran presentes. La reacción de Cruz es inmediata y dura: prohíbe la asistencia de los sirvientes, considerando inconcebible mezclar a la familia con la servidumbre en un acto tan solemne. La noticia deja a Hann y a los sirvientes profundamente heridos, mientras Simona y María Fernández, aunque dolidas, buscan mantener la dignidad y centrarse en la felicidad de Ana. Petra, por su parte, refuerza la postura de la marchesa, recordando con frialdad que estas son reglas de palacio.
Manuel no soporta más. Se posiciona nuevamente al lado de Ana, denunciando las divisiones de clase perpetuadas por su madre. Cruz, firme en su obstinación, intensifica la tensión dentro del palacio, mientras Alonso intenta mediar sin éxito. Con el acercamiento de la boda, todos se preguntan si Manuel y Hann lograrán superar este último obstáculo.
En medio de este clima de confrontaciones surge Leocadia, una mujer perceptiva que rápidamente detecta las contradicciones en las historias que Cruz difunde sobre Hann. Decidida a descubrir la verdad, confronta directamente a Hann, cuestionándole si lo que se dice de su pasado es cierto o si hay otra historia oculta. Hann, sorprendida por la franqueza de Leocadia, duda de si confiar en ella: abrirse podría reforzar indirectamente a Cruz, mientras que guardar silencio la privaría de una posible aliada. Leocadia suaviza su tono, mostrando un lado alentador, lo que obliga a Hann a considerar la sinceridad de su interlocutora.
Mientras tanto, Catalina enfrenta su propia presión. La constante vigilancia de la marchesa y la tensión familiar la llevan a considerar abandonar temporalmente el palacio para criar a su hijo en un lugar más seguro y lejos de la manipulación de Cruz. Manuel, preocupado por su hermana, confía en Curro sus temores y reflexionan sobre cómo una familia debería ser un refugio, pero en su caso, no solo falla en proteger, sino que incluso obliga a una hija embarazada a buscar consuelo fuera de casa.
Paralelamente, Pia insiste con Riccardo para que revele la verdad a Santos sobre su madre. Sabe que el secreto ha pesado demasiado tiempo sobre él, afectando su relación con su hijo y con ella misma. Riccardo, dividido entre el miedo y la necesidad de liberarse, escucha las palabras de Pia, cargadas de confianza y apoyo, y comprende que ya no puede posponer la revelación. Aun así, Petra continúa lanzando dudas sobre su credibilidad, insinuando que podría traicionar a Santos y lastimar a Pia. Sin embargo, Pia se mantiene firme y al lado de Riccardo, quien finalmente decide hablar con su hijo. Esta decisión marca un punto de inflexión, cambiando para siempre los equilibrios del palacio. La conversación con Santos no será solo un intercambio padre-hijo, sino el desenlace de un secreto guardado durante demasiado tiempo.
El anuncio de la boda sigue perturbando a Cruz, cuya obstinación es conocida por todos. Sus intentos por frenar la unión son cada vez más evidentes, y Hann y Manuel, conscientes de ello, se esfuerzan por adelantarse al plan de la marchesa, asegurando que la boda se celebre sin obstáculos. Sin embargo, Cruz impone al último momento nuevas condiciones, diseñadas para dificultar la ceremonia y humillar a Hann.
La relación entre Maria Fernández y el padre Samuel también se complica. Tras un beso inesperado, el sacerdote intenta mantener la distancia, pero finalmente se produce una conversación seria que cambiará la dinámica entre ambos. Mientras tanto, Simona y Candela se organizan frenéticamente para asegurarse de asistir a la boda de Hann, recordando la decepción de la anterior ceremonia de Catalina y prometiéndose que esta vez será diferente.
Catalina toma decisiones cruciales respecto a su futuro, decidiendo alejarse del palacio tras la boda, para protegerse a sí misma y a su hijo de las presiones familiares. Leocadia, mostrando un lado más cercano, le ofrece apoyo, confesando incluso que alguna vez fue madre sola y comprendiendo su situación. Catalina comunica su decisión a Manuel con firmeza: abandonará la casa después del matrimonio, demostrando una determinación inquebrantable.

Mientras tanto, Maria Fernández sigue lidiando con sus sentimientos por el padre Samuel, atrapada entre su afecto y la distancia que él mantiene. Cruz, por su parte, no abandona sus planes y, junto a Petra, intenta impedir la unión de su hijo con Hann, ideando estrategias que incluyen incluso acusaciones falsas y la intervención de la Guardia Civil. Sin embargo, su plan fracasa cuando Leocadia, presente en silencio, observa y descubre la manipulación de la marchesa, dejándola expuesta y vulnerable frente a todos.
Entre secretos, confrontaciones y decisiones que podrían cambiar para siempre la vida de los personajes, el palacio se prepara para el día que definirá no solo un matrimonio, sino también el destino de familias enteras. La pregunta que todos se hacen es si el amor y la verdad podrán superar la intriga, los secretos y la manipulación que han marcado estos días de tensión.