GRAN SEMANA DE REVELACIONES Y RUPTURAS DOLOROSAS || CRÓNICAS de La Promesa Series Spoiler
Tú ganas. Estoy dispuesta a consentir que te cases con mi hija
La semana que llega a La Promesa se perfila como una de las más intensas y reveladoras de la temporada. Entre chantajes, reapariciones inesperadas, humillaciones públicas y secretos guardados durante demasiado tiempo, los capítulos del 670 al 674, que se emitirán del lunes 8 al viernes 12 de septiembre, prometen no dar un solo respiro a los seguidores de la ficción.
La historia se abre con un pulso de poder que involucra directamente a Leocadia, Lorenzo y la joven Ángela. El capitán de la Mata no duda en presionar hasta el extremo a la madre de la muchacha, exigiéndole que apruebe su matrimonio con ella si quiere verla con vida. La escena arranca con un eco aterrador: “Tú ganas. Estoy dispuesta a consentir que te cases con mi hija”. Unas palabras que hielan la sangre, pues nacen del chantaje más despiadado. Leocadia se ve acorralada y sin salida, obligada a ceder ante las artimañas de un hombre que no conoce límites.
Pero lo peor aún está por llegar. En medio de este juego de poder, Lorenzo lanza una acusación que sacude de raíz toda la trama: señala a Leocadia como la verdadera responsable de la muerte de Hann Expósito. No fue él, asegura, sino ella quien lo planificó todo aquella noche que cambió el destino de La Promesa. Este ataque despierta en la mujer un torrente de recuerdos dolorosos, imágenes de un pasado que había intentado sepultar. El misterio de la muerte de Hann, que lleva más de ciento sesenta episodios latiendo en segundo plano, comienza por fin a iluminarse, aunque no en los tribunales ni de cara a los demás personajes, sino en la mente atormentada de Leocadia.

Mientras tanto, Manuel sorprende a todos con una jugada maestra. Tras vender su parte de la empresa a don Pedro Farré y a la postiza, anuncia que renuncia a su cargo en la compañía familiar. Pero no se queda ahí: revela que piensa fundar su propia empresa junto a Toño y Enora, con la innovación de los motores de avión como bandera. Este giro inesperado deja a Leocadia sin palabras. Lo que parecía una victoria para ella y su socio acaba siendo una derrota disfrazada, porque Manuel demuestra que, aunque renuncie a los lazos tradicionales, está dispuesto a escribir su propio futuro con determinación. Para Alonso, sin embargo, esta decisión es poco menos que una traición. El patriarca no tarda en marcarle un ultimátum: o vuelve al redil y respeta los compromisos pactados, o perderá todo lo que conoce.
En paralelo, la desesperación de Curro crece día a día. Incapaz de localizar a Ángela, repite incansablemente las mismas rutas de búsqueda, convencido de que Lorenzo está detrás de la desaparición. Confiesa a López que no piensa rendirse aunque le cueste la vida. El jueves, por fin, la tensión se rompe con la reaparición de Ángela, tras varios días de secuestro. Su regreso, sin embargo, no es motivo de alivio completo: la joven aparece desorientada, debilitada y marcada por el miedo. El reencuentro con su madre, lejos de ser un bálsamo, enciende la furia de Leocadia, que carga con toda su rabia contra Lorenzo, al que acusa de haber tramado el falso secuestro.
Pero los dramas no se limitan a los Luján. Catalina, siempre dispuesta a desafiar al poder establecido, organiza junto a los labriegos una acción sin precedentes: una caravana de campesinos que lleva carretillas repletas de estiércol hasta las puertas del palacio del varón de Valladares. La escena, tan insólita como cómica, constituye una humillación pública que el noble jamás olvidará. Sin embargo, el gesto tiene un alto precio. El varón, herido en su orgullo, irrumpe en La Promesa lleno de ira y lanza amenazas directas contra la familia. Lo que para Catalina era un acto de justicia social podría convertirse en el inicio de una peligrosa guerra. La pregunta flota en el aire: ¿habrá ido demasiado lejos esta vez?
En la zona de servicio, la trama no es menos desgarradora. Pía y Ricardo, pese a la intervención de Manuel, son castigados por Ballesteros. Ella queda degradada a simple doncella y él a lacayo, lo que representa un retroceso doloroso en sus aspiraciones. Ambos aceptan su destino con resignación, mientras Santos, cruel y desconsiderado, se burla de su padre con el beneplácito del mayordomo. La situación recuerda a los tiempos oscuros bajo el yugo de Gregorio y hace temer que estalle un nuevo conflicto en el servicio.
Vera, por su parte, vive un calvario íntimo. Su hermano Federico regresa con el objetivo de convencerla de reconciliarse con su padre, Gonzalo de Carril. Ella, asustada y desgarrada, le confiesa a López que teme por su vida. Entre los reproches del pasado y la presión familiar, Vera se siente cada vez más atrapada. El viernes, finalmente, toma una decisión drástica: pone fin a su relación con López, cansada de sentirse juzgada por un pasado que siempre la persigue. La ruptura sacude al joven, que se queda sin la mujer que ama justo en el momento en que más necesitaba su confianza.
No obstante, en medio de tanta tensión, también florecen momentos de reconciliación. Toño logra estrechar lazos con su madre, Simona, después de que Candela le revele oscuros secretos del pasado, incluido el crimen cometido por su propio padre contra el esposo de la cocinera. Estas verdades, lejos de separarlos, abren los ojos del muchacho y le permiten comprender que su madre siempre actuó para protegerlo a él y a Virtudes. Tras esta catarsis, Toño empieza a soñar con un futuro junto a Enora, aunque ella le pide tiempo antes de dar un paso tan importante como el matrimonio.

La montaña rusa de emociones también alcanza a María Fernández. Primero la veremos disfrutar de la verbena de Luján, volviendo al palacio con unas copas de más y con un aire despreocupado. Sin embargo, su fachada se derrumba pronto ante Samuel, incapaz de ocultar los sentimientos que guarda por él. Entre lágrimas y confesiones, María deja al descubierto su amor, mientras Santos aprovecha cada tropiezo para humillarla y ridiculizarla. Samuel, pese a todo, permanece a su lado, mostrando una ternura que augura un futuro más cercano entre ambos.
La semana culmina con un crescendo de tensión. El chantaje de Lorenzo alcanza su punto más alto, llevando a Leocadia al límite. El capitán no se detiene y reafirma su amenaza: si quiere salvar a Ángela, debe aceptar el matrimonio. Cuando ella intenta resistirse, él desvela su carta más peligrosa: la acusa directamente de ser la artífice de la muerte de Hann. Estas palabras despiertan un recuerdo sepultado en su mente y, con él, el inicio de la verdad largamente esperada. El espectador, al fin, tendrá acceso a lo que realmente ocurrió aquella noche trágica.
Así, los capítulos del 670 al 674 se convierten en una montaña rusa de emociones: traiciones, venganzas, secretos revelados, pasiones confesadas y alianzas inesperadas. La Promesa demuestra una vez más por qué se ha consolidado como la serie líder de las tardes: porque en cada entrega logra que nada vuelva a ser igual.